Desde hace tiempo todas las miradas siguen puestas en ver si la cotización de Telefónica logra superar la zona de resistencia de los 4,60 euros, que es por donde discurre la directriz bajista que viene guiando de forma milimétrica las caídas de los últimos años, concretamente desde el 2015.
Para hablar de fortaleza la presión compradora debe superar esa directriz bajista, algo que entiendo que es cuestión de tiempo y que permitiría dejar atrás definitivamente la tendencia bajista de los últimos años y pensar en objetivos más ambiciosos como son los 6,50-6,80 euros. Esto es lo que me lleva a recomendar mantener al título en cartera. De hecho, no tengo intención de cerrar la estrategia que recomendé abrir en Telefónica el 9 de octubre de 2020 cuando cotizaba en torno a los 2,75 euros.