El yen es conocido como un activo en el que refugiarse en momentos de alta volatilidad e incertidumbre como el actual. En las últimas semanas se ha fortalecido en gran medida con respecto al dólar y ya pone a prueba la zona de mínimos de 2016, zona de soporte fundamental de cuyo mantenimiento depende que no abra la puerta a una aceleración de las caídas, algo que no sería un bues síntoma para la renta variable de forma generalizada. Este entorno de los 100/102 yenes por dólar ha frenado en reiteradas ocasiones en los últimos años las caídas, pero su cesión no encajaría con el escenario de reestructuración alcista que ha tratado de confirmar en los últimos años. Ceder este entorno abriría la puerta a otro tramo bajista proporcional al visto entre los 125 y los 100 dólares por yen y no sería nada halagüeño para las bolsas. Con todo, mientras resista un soporte es zona de compra y en la sesión de hoy rebota. Si logra cerrar el hueco bajista abierto ayer, y sobre recupera los 106,35 sería un argumento de fortaleza que permitiría ser optimistas y confiar en un giro alcista.