Situación de corto plazo:
La sesión del viernes en Wall Street que no provocó ningún cambio analítico destacable y todo apunta a que lo que estamos viendo a corto plazo es una simple consolidación de las últimas subidas, tras la cual veremos un nuevo segmento al alza que muy probablemente consiga superar las resistencias clave de corto plazo que venimos sugiriendo vigilar.
En este sentido, todas las miradas están puestas en las resistencias clave que índices como el S&P 500 y el Dow Jones Industrial presentan en los máximos que marcaron el pasado 1 de febrero. Hablamos de resistencias como son los 1.947 del S&P 500 y los 16.500/16.550 puntos en la media industrial, que son la clavicular o línea de confirmación de lo que podrían ser claros patrones de giro al alza en forma de doble suelo.
La superación de esas resistencias, que vemos como el escenario más probable, abriría la puerta a un rebote de mayor magnitud que tendría como objetivos teóricos de subida la zona de altos del año, esto es, los 2.080/2.100 puntos en el S&P 500, que surge de proyectar la amplitud de ese doble suelo.
Situación tendencial:
La tendencia alcista que definen los principales índices norteamericanos desde el año 2008 / 2009 se mantiene vigente y para que exista un deterioro en sus posibilidades alcistas es preciso que una próxima caída perfore los mínimos que se marcaron en la sesión de pánico del pasado 24 de agosto, que llevó a los índices a alcanzar / aproximarse a zonas de soporte fundamental de medio plazo como son los mínimos del año pasado, que podrían ser la base de una consolidación que tiene como techo la zona de altos del año. El alcance de esta zona de soporte la vemos como una oportunidad para comprar bolsa estadounidense partiendo de la idea de que si se pierden estaríamos delante de un cambio de tendencia de medio plazo que obligaría a vender posiciones en EEUU para evitar caídas que podrían llevar al S&P 500 a los 1.600 puntos.