Al cierre de la sesión lo más relevante ha sido ver como las principales bolsas europeas han conseguido lidiar a la perfección el ataque vendedor del inicio de la jornada, cerrando en la mayoría de casos en los máximos de una sesión que no ha aportado ningún cambio analítico de relevancia.
De hecho, esto es algo del todo normal en escenarios de lateralidad como el que estamos viviendo estos últimos meses. Ni las caídas son capaces de profundizar ni eventuales alzas consiguen ser sostenibles más allá de unas jornadas. En este sentido, seguimos entendiendo que es elevado el riesgo de que este proceso tenga un corte distributivo y el desenlace acabe siendo bajista, algo que solamente tomaría cuerpo si se pierden los mínimos del viernes pasado.