La suiza es una compañía cotizando en máximo histórico, que en los últimos tiempos ha conseguido incluso situarse por encima de una resistencia creciente que los precios habrían mantenido desde 1.995. Una gesta que sin embargo no es completa porque existe la posibilidad de dilatación dada la situación del mercado norteamericano y la presencia de una resistencia importante para el medio plazo, también creciente, como la que los precios mantendrían desde principios desde principios de 2010.
Y es justo ahí donde por el momento trabajan los precios, que ayer vivieron una jornada de ida y vuelta desplegando una inquietante vela diaria en su máximo histórico en un gráfico convenientemente ajustado. La pérdida de los 63 francos es lo que podría encender las alertas por confirmación de un doble techo en esta última resistencia que la separa de una subida libre total y absoluta.