El año va a ser muy largo y que nadie cante victoria antes de tiempo, ya que en próximas semanas lo más probable es que veamos como las bolsas desandan gran parte, sino todo, el rebote que desarrollan desde los mínimos del pasado 7 de marzo, fecha en la que el EuroStoxx 50 llegó a alcanzar los 3.387 puntos, lo que supuso una corrección de nada más y nada menos que de la mitad de toda la tendencia alcista que nació en los mínimos de marzo de 2020.
omo vengo insistiendo de forma incansable durante las últimas semanas, todavía considero precipitado descartar la posibilidad de que esta corrección pueda ser más profunda y que, vaivenes y fuertes rebotes al margen, en próximos meses podamos acabar asistiendo a un retroceso de mayor calado. La teoría del análisis técnico nos dice que cuando termina una tendencia alcista, como ha sido en este caso la que iniciaron las bolsas mundiales en los mínimos del Covid crash de marzo de 2020, la cotización va retrocediendo hasta alcanzar el 61,80% del recorrido anterior, con un posible freno en el 23,60, el 38,20 o en el 50%, dependiendo de la fuerza de esa tendencia previa. Por tanto, no es una señal que indique fortaleza que el EuroStoxx 50 no haya rebotado fuerte hasta alcanzar el ajuste del 50% y ese es uno de los muchos motivos que me hacen seguir siendo muy prudente a la hora de lanzar las campanas al vuelo y favorecer que los mínimos de marzo han sido el suelo de la tendencia bajista que se inició en los máximos que marcaron las bolsas de ambos lados del Atlántico en noviembre del año pasado.