Que Europa trate de formar un rebote es algo del todo normal si atendemos a la extrema sobreventa tras las últimas y verticales caídas. Lo anormal sería que las caídas prosiguieran sin que se formara un mínimo rebote y en ese caso habría que hablar de otra cosa, algo que por el momento no estamos por la labor de favorecer mientras al otro lado del Atlántico no se pierdan soportes clave como son los 2.700-2.730 puntos del S&P 500, de cuyo mantenimiento depende que las bolsas norteamericanas no abran la puerta a una probable caída que buscaría los mínimos del año 2018, algo que las bolsas europeas ya han hecho, mostrando una vez más su debilidad. Operativamente, no recomendamos vender bolsa mientras el S&P 500 no pierda su soporte clave o se forme un rebote más potente que al menos sirva para recuperar la mitad de la última y fuerte caída en Wall Street o un 38,20% en Europa.