El presidente de Caja Badajoz cifra en un 50% la pérdida de valor de la entidad desde el inicio de la fusión
No ve "normal" que el Banco de España, que "animó" a la fusión, tardara "tanto" en publicar inspecciones sobre Caja Círculo y CAI
MÉRIDA, 29 (EUROPA PRESS)
El presidente de Caja de Badajoz, Francisco García Peña, ha estimado en "aproximadamente un 50 por ciento" la pérdida de valor de la entidad desde el comienzo de los procesos de fusión, iniciado a finales de 2010 con su integración en el Banco Caja 3, y actualmente integrada en Ibercaja.
En concreto, ha señalado que en 2010 Caja de Badajoz contaba con unos "recursos propios" que ascendían a 330 millones de euros, una cifra que actualmente se ha reducido a la mitad, lo que, según ha destacado, se sitúa en la "media" del "deterioro" experimentado por las entidades "que han sobrevivido" a la reestructuración del sector financiero español.
García Peña ha comparecido este viernes en el Parlamento de Extremadura, en el seno de la Comisión No Permanente de Investigación sobre el proceso de integración de Caja Badajoz en Banco Caja3, en la que ha respondido a las preguntas realizadas por los portavoces de los cuatro grupos representados en la cámara autonómica.
El máximo dirigente de la entidad durante todo el proceso de reestructuración bancaria ha señalado que se encuentra "satisfecho" con el resultado final obtenido en Caja de Badajoz, puesto que se han cumplido con los objetivos marcados, y teniendo en cuenta el contexto y la situación que ha vivido el sector en los últimos años. "Después de este periplo duro, la reestructuración se ha abordado en las mejores condiciones posibles", ha señalado.
García Peña, quien mantiene responsabilidades dentro de Ibercaja, ha señalado sobre el papel jugado entonces por el Banco de España en la fusión de Caja Badajoz en Caja 3, que el regulador del sistema "animó" a la entidad a acometer la fusión con Caja Círculo y CAI, como también hicieron expertos "independientes" contratados por el registro mercantil y otras consultoras.
Asimismo ha apuntado que "no es normal" que el regulador tardara "tanto" en publicar los resultados de una inspección realizada, dos años antes, a sus dos socios del grupo, que arrojaban datos que, de haberse conocido, hubieran replanteado el proceso de fusión, que se acordó en diciembre de 2010.
En este sentido, ha señalado que, con posterioridad a la publicación de esta información el 4 de enero de 2011, se intentó dar "marcha atrás" a la fusión, pero que el Banco de España no lo permitió, si bien García Peña ha reconocido que para el regulador del sistema la situación de Caja de Badajoz era "un problema menor", teniendo en cuenta el contexto económico del país en aquellos momentos, centrado en evitar que España fuera rescatada.
"HEMOS SALVADO LA CAJA".
A lo largo de su intervención, que se ha desarrollado durante dos horas y cuarto, García Peña ha señalado en varias ocasiones que está "satisfecho" con el resultado final de todo el proceso, puesto que a pesar de la pérdida de valor, la entidad ha conseguido sobrevivir.
"Hemos salvado la Caja", ha indicado, tras un "trayecto" en el que se han logrado tres principios marcados por la propia entidad antes de dar comienzo al proceso de fusión.
En primer lugar se ha referido a los trabajadores que han abandonado la entidad en este tiempo, y que ha cifrado en 303 (tenía 998 al inicio del proceso), de los cuáles ha destacado que se han marchado "en buenas condiciones", y todos ellos de forma voluntaria.
En segundo plano, que los trabajadores que continúan en la entidad lo tienen la "tranquilidad" que ofrece formar parte de "una buena empresa", que tiene "toda la ilusión en un proyecto de futuro".
Finalmente, ha destacado que Caja de Badajoz mantiene su "presencia en el territorio", interviniendo en la sociedad extremeña a través de su Obra Social, que pronto pasará a ser una fundación, y que según ha avanzado tiene garantizada su operatividad los próximos "siete u ocho años" aunque no se realizara ninguna aportación por parte de la entidad.
García Peña ha defendido la "transparencia" con la que ha actuado, y así como que siempre ofreció "el cien por cien" de la información que tuvo en su poder al consejo de administración. Sobre este aspecto, el portavoz del Grupo Popular, José Ángel Sánchez Juliá, ha mostrado sus "dudas" en virtud de las manifestaciones vertidas en el seno de la comisión por otros comparecientes.
García Peña también ha dicho que compartió esta información con los respectivos gobiernos de Extremadura, y que estos actuaron con respeto a los órganos de dirección de la entidad, así como también transmitió la situación de la caja a los distintos grupos políticos.
ACTUACIÓN DEL BANCO DE ESPAÑA.
Uno de los asuntos que más han acaparado el interés ha sido el papel jugado en el proceso de fusión por parte del Banco de España. En este punto, García Peña ha pedido a los intervinientes que comprendan que, por su responsabilidad actual, es decir, en el seno de una entidad que está bajo la supervisión del Banco de España, no se haya podido expresar "con toda la claridad".
No obstante, ha señalado que "no es normal" que los resultados de las inspecciones realizadas por el Banco de España a los socios de Caja de Badajoz, se publicaran en 2011, muy poco tiempo después de que se firmara la fusión. Un retraso en el conocimiento de esta información supuso "un escollo lesivo" para los intereses de la entidad extremeña, en palabras del portavoz socialista, Miguel Bernal.
Asimismo, ha subrayado que, en diversas conversaciones mantenidas en un tono "cordial" con los responsables del Banco de España, éstos "animaron" a Caja de Badajoz a dar el paso de la fusión con Caja Círculo y con la aragonesa CAI.
Sin embargo, tras conocerse las actas de las inspecciones, y tras decidir la estrategia a seguir en el seno del Consejo de Administración, García Peña trasladó su "indignación" y "sorpresa" por lo ocurrido al Banco de España, y trató de "dar marcha atrás" a la fusión, a lo que el regulador "respondió que no" sin que la entidad tuviera que asumir las penalizaciones correspondientes a la ruptura de un proceso de fusión mediante el Sistema Institucional de Protección (SIP), que fue el elegido.
El presidente de la entidad ha reconocido que fueron conversaciones "muy duras" en las que el Banco de España no dio su brazo a torcer porque, según García Peña, no quería exponerse a lo que se hubiera convertido en un "escándalo internacional", dentro una situación económica global en la que España estaba al borde del rescate. "Era una decisión que no se podía permitir", ha dicho.
En esta línea, ha apuntado que se llegó a plantear la posibilidad de reclamar al Banco de España por daños y perjuicios, pero que finalmente, entendiendo que hubiera resultado una empresa "muy difícil" la de situarse en contra del regulador dentro del proceso de reestructuración en el que estaba inmerso el sector, se decidió continuar con la fusión.
Al respecto, ha señalado que esto se hizo marcando algunos objetivos, entre los que figuran la protección de la situación de los trabajadores, la continuidad de la obra social, así como ganar "gobernanza" dentro del grupo. En este sentido, ha recordado que la participación de Caja de Badajoz en Caja3 ha pasado del 24 por ciento inicial al 32 por ciento actual.
Por otra parte, preguntado por la posibilidad de que Caja de Badajoz hubiera decidido continuar sin hacer frente a ningún proceso de fusión, ha dicho que hubiera resultado "muy difícil", y que en todo caso los ajustes de plantilla y en el número de oficinas hubieran sido al menos "tan importantes" como las acometidas.