Entre las mesas de inversión a este lado del Atlántico, el escenario base que se baraja en estos momentos de cara a las legislativas de noviembre, con un 65% de probabilidades de materializarse, implica una victoria demócrata en el Congreso y un Senado republicano que aventura un bloqueo legislativo. Un liderazgo republicano en ambas Cámaras como el actual queda relegado a un 25 por ciento de ocurrir mientras que una fulminante victoria demócrata en el Capitolio queda reducida a un 10 por ciento de probabilidades de ocurrir. Históricamente, el partido en control de la Casa Blanca, en este caso los republicanos, ha perdido una cantidad significativa de escaños en el Congreso durante las primeras legislativas del presidente en cuestión, en este caso Trump. Desde 1910, la pérdida ha estado al menos 38 escaños, en las 16 de las 18 elecciones perdidas por el partido político en el Despacho Oval. De todas formas, en esta ocasión cuentan con una coyuntura económica que sopla a su favor. Aun así, si los demócratas ganan la Cámara de Representantes, el resultado más probable será un estancamiento legislativo, que no debería afectar al crecimiento. El expresidente Barack Obama ya se enfrentó a un Capitolio dividido durante su segundo mandato, pero eso no impidió la expansión de la actividad económica. Dicho esto, podría causar problemas más serios si la economía cayera en recesión y el Congreso no pudiera ponerse de acuerdo sobre potenciales medidas de estímulo. Además, aumenta el riesgo de un cierre prolongado del gobierno federal. En materia comercial, una victoria de los demócratas tampoco sosegará los embates proteccionistas. Es importante recordar que el ala más progresista dentro del partido comparte la hostilidad del presidente hacia la globalización y podría incluso motivarlo a una posición más agresiva. Esto, de ocurrir, podría extenderse hasta la campaña presidencial de 2020, con la posibilidad de que Trump y un candidato demócrata más progresista puedan competir por superarse en lo que respecta a medidas proteccionistas