Los institutos económicos reducen las previsiones del 1,9% al 1,3% para este añoEstá siendo una semana dura para la autoestima de Alemania. El lunes se publicó que los pedidos industriales bajaron un 6 por ciento en agosto, su peor caída mensual desde la crisis, y el martes el Gobierno reveló que el mismo mes la producción industrial se redujo un 5 por ciento, otra cifra inesperada que no se registraba desde hacía más de cinco años. Sin apenas tiempo para asimilar estos datos y el tirón de orejas del FMI, que hace unos días redujo su previsión de crecimiento de 2014 para Alemania del 1,9 al 1,4 por ciento, la población ha recibido este jueves dos nuevas malas noticias: caen las exportaciones y los analistas advierten de una posible recesión. Recelo de economistas Los principales investigadores económicos son cada vez más claramente escépticos con la economía alemana. Según el tradicional Diagnóstico Conjunto de Otoño presentado ayer en Berlín por los cuatro grandes institutos alemanes de análisis económico, los economistas esperan que el crecimiento sea de sólo el 1,3 por ciento para 2014, una décima por debajo de las previsiones del FMI y una drástica reducción de expectativas si se compara con el 1,9 por ciento que habían previsto en primavera. Para 2015 la previsión es aun más escuálida: se espera un crecimiento del 1,2 por ciento, ocho puntos por debajo del 2 por ciento que habían estimado hasta ahora. "La economía alemana, por tanto, se encuentra en una ligera recesión" sentencian los investigadores del Instituto Ifo de Múnich, el DIW de Berlín, el RWI de Essen y el IWH de Halle. Señalan como principales causas de la creciente debilidad de la economía alemana las tensiones internacionales, pero también la debilidad interna. A estos factores que hay que sumar ahora las exportaciones alemanas, que se redujeron en agosto un 5,8 por ciento respecto al mes anterior, el mayor retroceso desde 2009. Otra sorpresa para los expertos, que sólo esperaban un descenso del 4 por ciento. Las importaciones cayeron también inesperadamente un 1,3%, incumpliendo las expectativas de un aumento del 1 por ciento, publicó ayer la Oficina Federal de Estadísticas. Recomendaciones al Gobierno El conjunto de estas cifras lleva a los analistas a expresar su preocupación de que Alemania podría caer en recesión, con una contracción del PIB en el tercer trimestre tras la caída de un 0,2% de abril a junio. Los institutos económicos piden al Gobierno, partidario de la estricta disciplina presupuestaria, que incremente la inversión pública en los sectores que potencialmente pueden contribuir al crecimiento. "Las perspectivas se han ensombrecido tambien por la política económica" advierte Ferdinand Fichtner, economista del DIW. Los economistas critican la obsesión de Merkel por conseguir el déficit cero en las finanzas públicas de Alemania. "Es un objetivo de prestigio, pero no necesariamente tiene sentido desde el punto de vista económico", según Fichtner. Los expertos calculan que el margen de maniobra presupuestaria del Estado es de unos 6.000 millones de euros, que permitirían bajar impuestos y aumentar inversiones, especialmente en infraestructuras. El informe presentado ayer suele servir de guía al Ejecutivo de Berlín, que presentará sus propias previsiones el próximo martes, y que podrían quedarán también revisadas a la baja. Aviso para el sector energético Otro tirón de orejas le llega a Alemania desde Francia. El presidente de la principal empresa energética francesa, EDF, Henri Proglio, advirtió ayer de que el mercado energético de Alemania es "un desastre" y está al borde del colapso. "Las dos grandes empresas, EON y RWE, se encuentran bajo una enorme presión. Una de ellas está más o menos muerta y la otra está en una situación muy difícil", indicó.