Divisas

El dólar lucha por retener su hegemonía como moneda de reserva universal

  • El 'billete verde' se mueve en mínimos de los últimos quince años


En 1971, cuando el presidente Nixon optó por retirar a Estados Unidos del patrón oro, la fortaleza del dólar se ligó al petróleo y a la económica. Los conocidos como "petrodólares" afianzaron el papel de la moneda estadounidense como divisa de reserva universal, un estatus que ocupa desde el fin de la Segunda Guerra Mundial y que ha beneficiado comercialmente a la mayor economía del mundo. Sin embargo, en plena oleada de experimentos y estímulos monetarios, para garantizar la completa recuperación de la peor recesión desde los años 30, las fluctuaciones del dólar han cuestionado su papel como referente mundial.

En estos momentos, el dólar de EEUU continúa perdiendo peso entre la oferta de divisas en el resto del planeta, algo que ha disparado los rumores sobre el posible fin de su carrera como divisa de denominación más importante. En comparación con otras monedas, el dólar se mueve a niveles mínimos de los últimos 15 años, según el Fondo Monetario Internacional, lo que indica que otros países están dispuestos a utilizar otras divisas para hacer negocios.

Mientras que la moneda estadounidense todavía se considera la divisa de reserva por excelencia, al suponer cerca del 62% de los 6 billones de dólares en participaciones asignadas en divisas, entre los bancos centrales del mundo el yen japonés, el franco suizo y lo que el FMI califica como "otras monedas" tales como el yuan chino, continúan ganando terreno.

Prueba de ello está en las alianzas que últimamente se forjan en Asia. China y Australia llegaron a un acuerdo para permitir la convertibilidad directa entre el yuan y el dólar australiano el mes pasado. Hasta entonces, sólo el dólar estadounidense y el yen japonés eran directamente intercambiables con el yuan. Sin embargo, a medida que China incrementa su industrialización, se ha transformado en uno de los mayores aliados comerciales de Australia al que compra grandes cantidades de productos, incluidas materias primas, como el cobre y el hierro. Aprovechando esta tendencia, Nueva Zelanda también negocia con China la posibilidad de que su divisa sea directamente convertible con el yuan, según informó el Wall Street Journal.

Pero los lazos no sólo se limitan a Asia-Pacífico. Brasil y China han rubricado un swap de divisas por valor de 30.000 millones de dólares que tiene como objetivo agilizar las relaciones comerciales entre ambos países. Estos acuerdos son claros ejemplos que demuestran la intención del gobierno de Pekín de abrir su moneda al mercado internacional, algo que podría continuar socavando la posición del dólar estadounidense.

Neil Snyder, profesor emérito de la Universidad de Virginia, explica en un estudio que a medida que el dólar ha comenzado a perder la protección que le otorgaba su condición de moneda de reserva, su valor "sube o baja en función de la fortaleza de la economía de EEUU", ya que los países "ya no están obligados a acumular dólares para desarrollar sus actividades comerciales". Desde su punto de vista, el déficit presupuestario y la carga de deuda en EEUU "no auguran nada bueno para la capacidad del dólar a la hora de competir en igualdad de condiciones".

Dick Bove, vicepresidente de Rafferty Capital Markets, aseguró en un informe a sus clientes al que tuvo acceso la CNBC que, en términos generales, la mayor parte del consenso no considera que el dólar estadounidense vaya a ser "derrocado" como divisa de reserva por excelencia. Dicho esto, Bove no descarta que esta posibilidad ocurra antes de lo previsto, en un periodo de entre cinco y diez años".

"Si el dólar dejase de ser la divisa de referencia mundial, EEUU perdería el derecho a imprimir dinero para pagar su deuda y esto crearía problemas a la hora de pagarla", apuntó el vicepresidente de Rafferty Capital Markets en su documento. "Las agencias de calificación ya ponen en duda la nota de la deuda del gobierno. Además, tanto el Congreso como el presidente Obama han demostrando una falta total de credibilidad fiscal".

Al fin y al cabo, la cota del dólar estadounidense como parte de la oferta total de divisas mundiales ha caído hasta el 15% actual desde el 90% registrado en 1952, según señala este experto. Tanto el yuan chino, el yen y el euro tienen en estos momentos una mayor proporción de ese total. En estos menesteres, Bove no es el único que ha hecho sonar las alarmas. Barry Eichengreen, profesor de la Universidad de Berkeley, en California, advirtió en un artículo en el Financial Times que si el dólar pierde su hegemonía, las consecuencias serán importantes.

"Si el dólar no pudiera ofrecer la misma seguridad que los inversores esperan, la divisa dejará de funcionar como garantía requerida por los mercados de financiación bancaria", dijo. "Tampoco se consideraría una forma atractiva para acumular reservas de divisa lo que a su vez disminuiría su atractivo como vehículo práctico para las transacciones de mercancías", advirtió.