Calantia busca el gen que permita crear biocombustibles más eficientes
La compañía fue fundada en octubre de 2005 por Mamén Lladró, María Dolores Antón y Pablo Vera y su objetivo es abaratar los cultivos y los procesos de la bioenergía para que ésta pueda seguir desarrollándose.
Reducir nuestra dependencia
Lladró, directora y una de las tres fundadoras de la empresa, tiene una idea muy clara: hay que reducir la dependencia del petróleo de España pero no se puede caer en la dependencia de las semillas.
Para ello, la jefa de Calantia y su equipo, formado por seis doctores, han puesto en marcha un laboratorio con las más modernas tecnologías a fin de poder elegir el cultivo más apropiado para producir un mayor volumen de biocarburantes, incluso en condiciones extremas.
Cultivos no alimentarios
Lladró aseguró a este diario que la compañía está trabajando para seleccionar los mejores cultivos en la elaboración de biocarburantes sin afectar en ningun caso a los cultivos alimentarios, que podrían ver así como su precio se incrementa.
El Gobierno acaba de imponer la obligación de utilizar biocarburantes y la polémica no ha tardado en saltar. Los fabricantes de automóviles Volvo y Ford y la Asociación de Promotores de Energías Renovables (Appa) han exigido que se fijen bandas de utilización tanto para el biodiésel como para el bioetanol. Según la directora de Calantia, las grandes empresas no han entrado aún en este camino y no cuentan con expertos en biotecnología para estudiar las plantas, sólo apuestan por la inversión en infraestructuras.
Calantia no trabaja en antibióticos, ni alimentos funcionales. Con las 250.000 especies vegetales da un campo para la búsqueda de los mejores cultivos.
La empresa valenciana tiene mucha fe puesta en el desarrollo de la remolacha.