Simulacros de tsunami harán sonar alerta en 40 países de Asia y América
BOGOTÁ (Fundación Thomson Reuters) - Cuarenta países con costa en el océano Pacífico desde Asia a América pondrán a prueba sus sistemas de alerta de tsunami y operaciones de evacuación esta semana, en un ejercicio cuyo mensaje clave para las comunidades será "corran y busquen terreno alto".
En los ejercicios de simulacros de tsunami se utilizarán altavoces, sirenas y señales para marcar las rutas de evacuación en países como Colombia, Costa Rica y Nicaragua, para asegurarse de que las advertencias lleguen a las comunidades costeras en riesgo.
La iniciativa respaldada por Naciones Unidas pretende probar los sistemas de comunicación utilizados en terremotos y alertas de tsunami y mejorar la preparación y respuesta de los países ante desastres naturales.
Casi un 75 por ciento de los tsunamis mortales ocurren en el océano Pacífico y mares relacionados, según la ONU, causando miles de muertos y enormes pérdidas económicas.
Los centros nacionales de respuesta a emergencias y agencias en 40 países pueden elegir participar uno de los seis simulacros de un terremoto frente a las costas de Japón, Tonga, Filipinas, Chile, Perú, Colombia y Ecuador.
Los países que participan en el simulacro de cinco días que concluye el viernes van desde Tailandia, China y Australia hasta las islas del Pacífico, Estados Unidos y el sur con Chile.
Recibirán mensajes desde el Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico en Hawái y el Centro de Alerta de Tsunamis del Noroeste del Pacífico en Japón.
"Este ejercicio pondrá a prueba un nuevo y mejorado producto de datos que permitirá a los gobiernos pronosticar mejor la altura de un tsunami, la energía y dirección de las olas, y luego utilizar esa información para comunicarse con las poblaciones locales", dijo Bernardo Aliaga, jefe del Programa de Tsunamis de la Comisión Oceanográfica Intergubernamental de la UNESCO.
Se espera que este tipo de ejercicios permita a los países evaluar mejor la amenaza planteada por un tsunami u otros desastres naturales y determinar el nivel adecuado de las alertas que se emitirán.
"Sabemos que la frecuencia e intensidad de algunos tipos de fenómenos extremos han ido en aumento en los últimos años. Los gobiernos y las comunidades necesitan prepararse para eventos semejantes en cualquier momento", dijo Aliaga a la Fundación Thomson Reuters en una entrevista telefónica desde París.
En la última década, estos simulacros de tsunamis, encabezados por la UNESCO, se han realizado cuatro veces.
Como resultado, los centros nacionales de respuesta de emergencias están ahora mejor equipados, y existe una mayor conciencia entre los funcionarios gubernamentales sobre la preparación para las catástrofes naturales, dijo Aliaga.
Pero asegurar que las alertas tempranas de tsunami lleguen de manera efectiva a quienes viven en zonas costeras remotas y que las personas sepan cómo mantenerse a salvo de las olas, que pueden alcanzar una altura de hasta 10 metros o más, sigue siendo un tema clave.
"El reto más grande es llegar a las personas más vulnerables que viven en localidades aisladas que no están bien conectadas con la información proveniente del gobierno nacional", dijo Aliaga.
Agregó que también se debe asesorar a las comunidades costeras en riesgo sobre cómo detectar un tsunami inminente, como por ejemplo observar el retroceso del mar.
Otro desafío es mejorar la coordinación y la comunicación entre los diversos organismos gubernamentales que participan en la emisión de alertas de tsunami, un problema que quedó de manifiesto tras el mortal terremoto del 2010 en Chile.
"El ejercicio consiste en desarrollar procedimientos operativos estándar sobre lo que cada cadena de la respuesta de emergencia tiene que hacer y de lo que es responsable", explicó Aliaga.