Unos diarios perdidos podrían dar luz sobre "la joven Mona Lisa"
Pero en un giro típico del mundo del arte propenso a la intriga, los diarios -notas de principios del siglo XX del conocedor y coleccionista británico Hugh Blaker- desaparecieron y la dirección de Washington a la que fueron enviados parece que nunca existió.
"Estos papeles bien podrían proporcionar la llave para hacer retroceder el origen de esta versión de la 'Mona Lisa' por lo menos 150 años", dijo a Reuters Robert Meyrick, académico y experto sobre el olvidado Blaker.
Y, sobre todo, ayudar a establecer si la variante denominada "Isleworth" de la pintura más famosa del mundo que alberga el Museo Louvre de París podría de hecho ser un retrato anterior de la dama enigmática de Leonardo, y de un valor incalculable.
Blaker, un pintor poco exitoso quien como comisario y marchante de arte fue conocido por sus conocimientos sobre los viejos maestros, encontró y compró la "Mona Lisa más joven" en 1913, en una la casa de campo de un noble en Somerset, al oeste de Inglaterra, según reveló posteriormente.
Seguro de que era un leonardo verdadero, lo mantuvo en su casa en el barrio londinense de Isleworth hasta que pasó a su hermana Jane tras su muerte en 1936.
Pero Blaker no dijo a nadie el nombre de la casa de campo ni el del vendedor. Meyrick, quien estuvo invitado a la presentación en Ginebra para hablar sobre Blaker, tiene mucho interés en resolver el misterio para una biografía que planea escribir.
"Creo que debió poner los detalles en sus diarios", dijo en un mensaje por correo electrónico enviado por la Universidad de Aberystwyth en Gales este mes donde es director de la Escuela de Arte.
"Sin embargo, en los breves extractos que se han publicado no se da ninguna pista. Si tenemos ese conocimiento, podríamos ser capaces de rastrear cómo pasó a estar en manos de la familia de Somerset, y donde".
¿GRAN GIRA DE COMPRA?
Meyrick teoriza con que podría haber sido recogido por un miembro de la familia en el siglo XVIII en una de las grandes giras por Europa que realizaban los jóvenes nobles británicos. Muchas de las grandes obras del arte europeo llegaron a Reino Unido de esta manera.
Después de que Jane Blaker muriera en 1947, la pintura fue comprada por un marchante de arte internacional y después se quedó durante casi 40 años en el sótano de un banco suizo hasta la presentación en Ginebra del pasado mes realizada por la "Fundación Mona Lisa", con sede en Zúrich.
En aquella sesión, el especialista italiano sobre Leonardo, Alessandro Vezzosi, alabó su calidad pero se abstuvo de respaldar la reivindicación de la fundación de que era una obra de Leonardo, quien murió en 1519. Para ello, se necesita mucho más trabajo, dijo Vezzosi.
Algunos expertos que no estuvieron presentes como el profesor británico Martin Kemp de la Universidad de Oxford, se burló diciendo que era una mala copia -aunque, como indicó Stanley Feldman, miembro de la fundación, Kemp nunca había visto el retrato.
"La polémica subraya la importancia de los diarios", dijo Meyrick.
Otros documentos y una novela inédita pasaron después de la muerte de Blaker a su amigo Murray Urquhart.
Antes de que Urquhart muriera en 1972 dijo que había enviado las notas de Blaker con fecha anterior a 1931 a un investigador llamado Charles Woods quien le había escrito pidiendo verlas.
Según la versión de Urquhart, se las envió a Woods a la dirección 116 1/2 Maryland Drive, Washington DC, pero no supo nada más. "Todo lo que se puede establecer es que no existe tal dirección, y probablemente nunca existió", dijo Meyrick.
Tampoco hay rastro de Woods.
Pero en 2010, en respuesta a un llamamiento en su página web, Meyrick recibió los diarios de Blaker de los últimos cinco años de su vida por parte de una familia que los había encontrado años antes en una tienda de chatarra en Gravesend, al este de Londres.
"¿Todos los documentos terminaron como basura o realmente fueron enviados a Washington?", se pregunta Meyrick, quien ha escrito extensamente sobre el arte británico del siglo XX.
"Quizá nunca lo sepamos, pero tengo la intención de seguir investigando".
/Por Robert Evans/