El regulador de la UE, a la espera de las concesiones de Google
Hace casi tres semanas, el comisario de Competencia de la UE, Joaquín Almunia, dio al motor de búsqueda más popular del mundo una última oportunidad para dirimir la investigación de 18 meses y evitar una multa que podría llegar a un 10 por ciento de las ganancias totales de la compañía.
Consultado el jueves por si Google había respondido a su ultimátum, Almunia dijo a Reuters que "no hay nada de Google todavía, estamos a la espera de una respuesta".
Almunia, que dijo antes que dio a la compañía varias semanas para responder, no quiso referirse a las especulaciones sobre que la Comisión fijó como plazo máximo el 2 de julio.
"Es un asunto de semanas", dijo al margen de una conferencia del European State Aid Law Institute.
El portavoz de Google Al Verney dijo que la empresa se "relacionaba de forma cooperativa con la Comisión".
Google, que posee un 86 por ciento del mercado de búsquedas de Europa, podría ser acusado formalmente en una declaración de objeciones si no presenta sus concesiones, lo que podría reducir su poder de negociación.
Almunia dijo el mes pasado que una investigación de 18 meses mostró que Google podría haber favorecido a sus propios servicios de búsqueda por sobre sus rivales y habría copiado recomendaciones de viajes y restaurantes a sitios de la competencia sin su permiso.
También indicó que los convenios de publicidad de Google con páginas web podrían haber bloqueado a sus rivales y que las restricciones a los anunciantes para mover sus campañas online a motores de búsqueda rivales eran preocupantes.
Dos días después, el presidente ejecutivo de Google, Eric Schmidt, dio pocos indicios de verse comprometido con el asunto.
"Disentimos de que estemos ante una violación hasta que sean más precisos sobre qué área de la ley estamos violando. Entréguennos el dato preciso, el problema preciso", dijo según citas publicadas por el Financial Times y el Guardian, durante un acto en el sur de Inglaterra.
La Comisión Europea inició una pesquisa sobre Google en noviembre de 2010 después de que sus
rivales, entre los que se cuenta Microsoft, acusaran a la firma de manipular los resultados de búsqueda y promocionar sus propios servicios, además de degradar los de la competencia.