Ciencia

Naturaleza mágica: los orangutanes son ingenieros y los babuinos, lectores

    Un joven orangután hace acrobacias. <i>Foto: EFE.</i>


    Una investigación sobre los nidos de orangután sugiere que estos animales poseen un conocimiento sofisticado sobre técnicas de construcción. "Saben exactamente cómo se rompen las ramas y usan este conocimiento para incorporar las más gruesas a la estructura del nido y las pequeñas para un revestimiento más cómodo", explica a SINC Roland Ennos, coordinador de un estudio publicado en la revista PNAS.

    "Es impresionante ver lo eficientes que son construyendo sus nidos ?se asombra Ennos, que trabaja en la Universidad de Manchester?. Solo tardan entre tres y cinco minutos en hacerlo".

    En este estudio británico se analizaron una docena de nidos en un centro de investigación en Sumatra, Indonesia. El investigador predoctoral Adam van Casteren seguía a los orangutanes durante todo el día esperando a que estos construyeran sus moradas. A la mañana siguiente, cuando los primates se iban, subía a los árboles a fotografiar los nidos y a analizar su tamaño, consistencia y la manera en la que habían sido construidos.

    "Todos los nidos encontrados tenían forma de taza y eran muy sólidos y confortables ?señala Ennos?. Al ser tan consistentes en su centro, son muy seguros para el descanso de los orangutanes". Además, las ramas utilizadas para la estructura y el revestimiento interior del nido no solo son de distinto tamaño, sino que los orangutanes las rompieron de manera diferente: por la mitad las gruesas y en muchos trozos las pequeñas.

    Los nidos de estos animales son grandes y ovalados y están situados en las copas de los árboles. En ellos, los primates descansan periódicamente y, posiblemente, también les sirven de protección durante el sueño contra depredadores, parásitos y el calor.

    Los monos lectores

    Por otro lado, los babuinos no tienen habilidades lingüísticas, pero sí pueden reconocer palabras escritas, según un estudio publicado en la revista Science. Este hallazgo cambia el paradigma de que el reconocimiento de signos es algo inherente al lenguaje y, por lo tanto, a los humanos.

    "La clave de esta investigación es que para discernir las palabras con y sin sentido, los babuinos no han utilizado una aproximación holística, sino la información de las letras individuales", explica Jonathan Grainger, investigador de la Universidad de Aix-Marsella y primer autor del trabajo.

    Grainger y sus colegas han estudiado un grupo de babuinos en cautividad que vivían en una zona vallada con varias cabinas con ordenadores. En el experimento, los monos observaban en la pantalla combinaciones de cuatro letras y tenían que discernir si la palabra tenía sentido o no. Si acertaban, recibían comida como premio. En un periodo de un mes y medio, los primates aprendieron a discriminar docenas de palabras con sentido entre más de 7.000 sin sentido.