Cataluña

Delvy apuesta por dotar de fuerza jurídica a las 'start-ups'

  • Por Jose María Pina
Pablo Mancía y Josep Navajo, fundadores de Delvy


La compañía ofrece sus servicios legales a emprendedores o empresas en fase de crecimiento, ya que ven un nicho de mercado que no aprovechan empresas mayores. Lea el reportaje de forma gratuita en la Revista elEconomista Catalunya.

Demasiadas veces, cuando hablamos del ecosistema emprendedor nos ceñimos a la figura del emprendedor y del inversor, denostando a otros partícipes del mismo que en ocasiones tienen un role crítico de cara a garantizar la viabilidad de un proyecto empresarial. Tanto Josep Navajo como Pablo Mancía, socios y fundadores de Delvy, sonríen y asisten ante esta aseveración.

Delvy ofrece sus servicios legales a emprendedores o empresas en fase de crecimiento desde septiembre de 2012. En la actualidad el despacho está estructurado en tres áreas -jurídico, fiscal, contable y laboral- y son 12 profesionales los que prestan sus servicios en la compañía. Hemos crecido junto a nuestros clientes, afirma Josep. Esto nos ha permitido ampliar la tipología de clientes, no sólo contamos con startups nacionales, sino también con internacionales que quieren desembarcar en España.

Volviendo a los orígenes y preguntándoles sobre qué les impulsó a fundar el despacho, Pablo comenta que por un lado -debido a experiencias anteriores- ya sabían lo que era trabajar juntos, que eran conscientes que en ese momento la oferta legal no atendía a las particulares necesidades de un tipo de cliente, optimista por naturaleza, centrado en desarrollar modelo de negocio complejos, con una visión global que demasiadas veces no prestaban demasiada atención a aspectos como el de pacto de socios, temas relativos a la compliance para operar en internet o todo lo referente a protección de datos.

En la mayoría de los casos perciben estas cuestiones como un gasto, que si pueden demorar mejor. Pablo explica, y esto es un error -continúa- si hablamos por ejemplo del coste del registro de marca, el informe previo y el proceso de registro apenas supone unos cientos de euros, en comparación al coste de tener que soportar una campaña de rebranding motivado por que un tercero -esto siempre ocurre si la empresa alcanza una cierta notoriedad lo que implica haber invertido grandes sumas en márketing y promoción- impide registrar dicha marca.

Igual ocurre con el pacto de socios, tercia Josep. Es mucho más fácil regular tanto las relaciones entre socios -dedicación, retribución, permanencias?- en un primer momento antes de que surja algún tipo de conflicto, como con inversores; "uno de los grandes mitos entre los emprendedores en España es creer que aquí hay un standard en cuanto a pacto de socios, no es así. Es un documento que da pie a una negociación y siempre favorece a quien lo redacta" concluye Pablo.

Una filosofía centrada en el entorno del negocio digital propio

La filosofía de esta empresa es clara, aseguran que es mejor partir de condiciones propias y que sea el inversor el que proponga modificaciones, si la oportunidad de inversión es realmente buena el inversor se cuidará mucho de incluir clausulas que puedan dar al traste con la negociación. En definitiva, hay servicios que aún no siendo parte intrínseca de negocio, son fundamentales para garantizar su viabilidad. "Al fin y al cabo es simplemente un tema de planificación", concluye Josep, "y como cualquier otro ámbito de la empresa un buen gestor debe tenerlo en cuenta".