Lara: "Si hay independencia de Cataluña, tomaremos medidas, y no solo nosotros"
- "No conozco a ningún editor que tenga sede en un país extranjero"
- El presidente de Planeta pide diálogo para el encaje de Cataluña
El presidente del Grupo Planeta, José Manuel Lara, ha urgido este martes al diálogo entre "los líderes" para conseguir el encaje de Cataluña en España, antes de que haya fractura social entre los catalanes, porque sería irreversible.
Lara también ha advertido de que, si hay independencia, su empresa y todas en general reaccionarán según interese a sus accionistas, incluida la decisión de si deben cambiar de sede saliendo de Cataluña.
En rueda de prensa sobre el Premio Planeta un día antes de entregarse, ha dicho que hay polémica pero todavía no ve fractura social, aunque "todo depende de lo que se vaya alargando y enconando el proceso".
Se ha mostrado crítico con "la actitud de ambas partes", en referencia a los gobiernos catalán y español, y ha insistido en el diálogo. Lara ha recordado que en 2007 ya pidió, durante una conferencia-coloquio en Madrid, que el Gobierno central estuviera dispuesto a hablar para afrontar la desafección de Cataluña, "con razón o no".
Lo dijo poco después de que el entonces presidente José Montilla advirtiera de peligro de "desafección" de los catalanes hacia España, por lo que Lara consideró que no podía desatenderse, fuera una queja justa o no.
Se marchará de Cataluña
"No conozco ningún editor que tenga sede en el país extranjero del idioma de origen", ha vuelto a advertir años después de avisar por primera vez cuando empezó el proceso soberanista. Por eso, ha insistido: "Tomaremos medidas de realidad empresarial, y todo tipo de empresas, no nosotros" solamente.
No es la primera vez que José Manuel Lara anticipaba sus intenciones. Hace dos años, advirtió de que "si Cataluña fuera independiente, el Grupo Planeta se tendría que ir a Zaragoza, Madrid o Cuenca". Un año después aseguraba que se marcharía a Sevilla.
Lara añadía entonces que "no es que me fuera, es que me echan", ya que considera que no tiene sentido que una editorial "tenga su sede en un país extranjero que habla otro idioma". Eso sí, mantendría su negocio de edición en catalán en Barcelona.