Los recortes sanitarios 'pasan factura' a las cuentas de Almirall, pero mantiene su I+D
La farmacéutica compensa con la internalización y nuevos fármacos la caída de ventas en España
El tijeretazo que se ha impuesto en la sanidad española ha llevado a Almirall, empresa de origen familiar pero en bolsa desde 2007, a buscar otros mercados ajenos a los recortes en salud. La compañía, una de las principales embajadoras del pujante sector farmacéutico español, ha querido profundizar en la internalización y hacer de ella uno de los pilares básicos de su estrategia de crecimiento. El pasado ejercicio fue un año en el que las medidas de contención del gasto sanitario "impactaron de forma notoria en nuestros resultados", afirma Eduardo Sanchiz, consejero delegado de la compañía, que considera que además han tenido "graves consecuencias para la industria farmacéutica".
En 2010, las ventas netas de la compañía, presidida por Jorge Gallardo, se situaron en 882 millones de euros, 4,7 por ciento menos que en 2009 y su resultado neto también cayó desde 151 millones a 118,6 millones. Esta descenso, afirma Sanchiz, se está compensando mediante la expansión geográfica y nuevos lanzamientos en España, como Silodyx (silodosina) para la hiperplastia benigna de próstata y Conbriza (bazedoxifeno) para la osteoporosis. En 2007, el 36 por ciento de las ventas de Almirall procedían de mercados ajenos al español, cifra que en 2010 ascendió al 45 por ciento.
Nuevas filiales
Este crecimiento de las ventas en el exterior ha venido acompañado de la apertura constante de filiales en nuevos países europeos. La estrategia ha dado sus frutos y Almirall está presente en la actualidad con filiales propias en 12 países. En 2010, la compañía aterrizó en los países nórdicos, después de haber desembarcado en 2008 con subsidiarias en Reino Unido, Austria, Suiza y Polonia.
Sus planes de desarrollo internacional no acaban ahí. "Nuestras miras están en reforzarnos en Europa porque para nosotros supone nuestro entorno natural de crecimiento y trabajamos, especialmente, para hacernos fuertes en sus mercados más relevantes. Pero eso no significa que no busquemos socios o acuerdos para comercializar nuestros productos en los países emergentes", apunta el consejero delegado. Sus fármacos de distribuyen en más de 70 países, incluidos Japón y Estados Unidos.
La compañía fabrica la mayoría de los principios activos y productos farmacéuticos desarrollados por su área de I+D, así como una parte de los productos de investigación de terceros.
En la actualidad, dispone de tres plantas farmacéuticas (dos en España y una en Alemania), cuya producción total en 2010 fue de alrededor de 100 millones de unidades, así como dos plantas químicas en España, cuya producción fue de 125 toneladas.
El ejecutivo señala que otra de sus claves de crecimiento es su política de I+D. "Hemos alcanzado una buena posición en dermatología y respiratorio, donde nuestro compromiso es sólido. Ello nos ha permitido posicionarnos como la segunda farmacéutica dermatológica en Alemania y la novena en Europa".
Otro de sus focos de trabajo es el área respiratoria. "Nuestro socio Forest acaba de presentar a registro en EEUU el bromuro de aclidinio, un novedoso tratamiento para la EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica), y esperamos dar este mismo paso en Europa en este mismo año. En Japón, ya contamos con un partner para su comercialización y estamos negociando con varias compañías para complementar esfuerzos en el mercado europeo".
Según explica, "En España, el sector farmacéutico es el que más recursos destina a I+D y ahí Almirall ocupa el primer lugar. La crisis no ha mermado nuestra apuesta por la I+D en valores absolutos. La I+D es clave dentro de un nuevo modelo productivo. Desde esa convicción, dedicamos más del 15 por ciento de nuestras ventas netas y más del 15 por ciento de nuestra plantilla a I+D".
En cuanto al desarrollo de nuevos fármacos, apunta que "hoy en día, estamos inmersos en diversos proyectos de investigación con 10 productos en desarrollo clínico. Nuestro compromiso con la I+D da como resultado que, aproximadamente, la mitad de nuestra cifra de ventas proviene de productos de I+D propia", apunta.
No sólo sus cuentas se han visto afectadas por la política de contención de gastos del gobierno, sino también el precio de la acción de Almirall. A 31 de diciembre de 2009, el precio de la acción era de 9,14 euros. Doce meses después, el precio de la acción se redujo en un 25,4 por ciento, al situarse a 31 de diciembre de 2010 en ?6,82 euros, lo que según la compañía representa un 27,5 por ciento por debajo del consenso de mercado, que lo sitúa en 9,41 euros. Desde su salto al parqué en 2007, la compañía ha distribuido dividendos del orden del 35-40 por ciento.
El capital social de Almirall está representado por 166.098.610 acciones con un valor nominal de ? 0,12 cada una de ellas. A 31 de diciembre de 2010, la estructura accionarial de la compañía estaba distribuida del modo siguiente: free float, 29,072 por ciento, Grupo Plafin, 45,8 por ciento y Todasa, 25,07 por ciento. En estas últimas sociedades están presentes miembros de la familia fundadora, los Gallardo.