Esto es un caos

Vivimos en un momento muy complejo y delicado. Pero el caos de declaraciones cruzadas y contradictorias en el seno de la Unión Europea lejos de ayudarnos nos condenan al infierno. Es lo que ocurrió ayer cuando desde Bruselas se sugirió por la mañana que nuestra banca podría disponer de ayudas europeas y luego se aclaró que sólo es una propuesta que está en estudio y será abordada en la cumbre del próximo mes de junio. Además, el BCE complicó el panorama al dar un comunicado en el que se negaba que fuera a permitir que la recapitalización de Bankia pudiera hacerse mediante bonos y luego rectificaba. Cómo no iba a rectificar si es como lo hicieron Alemania e Irlanda. Corta memoria la del banco emisor. El meollo de la cuestión es otro, sin embargo. Los 23.500 millones de necesidades financieras de Bankia desató la caja de los truenos. Con esos criterios, la banca precisa por los menos 30.000 millones adicionales para sanearse, que sumados a los dos decretos financieros aprobados por Luis de Guindos y los saneamientos anteriores nos ponemos en alrededor de 180.000 millones. Esa es la cifra total que nos costará tener un sector en condiciones de volver a prestar. Como muchas entidades no tienen más dinero, se requerirán por lo menos la mitad (15.000 millones) por parte del Estado en nuevos requerimientos, que unidos a los 19.000 millones de Bankia, son alrededor de 34.000 millones. El Gobierno no tiene decidido si recabará este dinero en el mercado mediante emisiones del Frob o del Tesoro. Tampoco la fecha, porque hay tiempo de aquí a finales de año. Pero el mercado está nervioso. No está dispuesto a esperar tanto tiempo. Por eso, todo apunta a que antes del verano tendremos que acudir a un rescate bancario, que sería posible mediante dinero del Fondo de Estabilidad Financiera. El presidente se niega a tal posibilidad, pero el tiempo se agota y las posibilidades de autofinanciarse son cada vez más escasas.

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