Grecia, con paso firme hacia el abismo
Los españoles estamos preocupados por la salud de nuestro sector financiero, por el incremento del desempleo o la caída de la actividad y, sin embargo, el verdadero peligro anida en el caos heleno. Los griegos están abocados a ir de nuevo a las urnas para elegir un gobierno estable el 17 de junio, ante la fragmentación del voto de la última convocatoria electoral. Sin embargo, la Troika -integrada por representantes del FMI, la Comisión Europea y el BCE- exige un paquete de recortes por otros 11.500 millones de euros antes de finales de junio para desembolsar otro tramo del préstamo por 130.000 millones otorgado a Atenas para hacer frente al pago de su deuda. La cuestión es, qué gobierno es capaz en diez días deponer en marcha un recorte semejante, en el supuesto caso de que las elecciones sirvan para despejar la formación de un nuevo Ejecutivo. Es decir, en román paladino, Grecia está abocada a incumplir el próximo vencimiento de su deuda si Alemania no da permiso para cambiar el calendario de pagos. Caben, por tanto, dos posibilidades que quiebre sin irse del euro o que fuercen su salida. El resto de Europa debe darse prisa por demostrar que es solvente para escapar al efecto contagio. ¿LLegará España a tiempo con su plan de reformas? Por lo menos, la incertidumbre sobre la banca parece que puede quedar despejada esta semana. A ver si esta vez dejamos los desafíos en el cajó y, por fin, acertamos.