El ajuste

El Gobierno presentó hoy, por fin, su plan de ajuste austero y Bruselas dio su visto bueno. Una buena noticia que es relevante considerar, dado el nivel de exigencia desplegado en las últimas semanas contra nuestro país. Rajoy debe aprender varias lecciones. La primera que los desafíos a socios de mayor talla que uno suelen ser contraproducentes. Segundo, que retrasar lo que es inevitable no conduce más que a un mayor deterioro. El ajuste debería haberse conocido mucha antes de los comicios andaluces para evitarnos más sustos. Y por último, que no existe garantías sobre el efecto benigno de su aplicación. El ajuste contiene inevitablemente una nueva subida de impuestos, esta vez dirigida a Sociedades, que dañará la inversión y frenará nuestra economía. El Gobierno está procurando proteger el consumo, después del último incremento del IRPF, pero con las subidas de la luz, el gas y el transporte va a resultar imposible. En fin, un panorama complicado, con menos gasto, más impuestos y sin visos de lograr una inyección económica. Con todo, no queda más remedio que aplicar las recetas de austeridad, que ayer esgrimió Montoro.

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