Merkel debe aprender a ceder
La Unión Europea no es el grupo de países que perseguían un interés común de progreso y desarrollo de manera solidaria que nos habían contado, la Unión Europea está en manos únicamente de Alemania. El lunes dejó que las primas de riesgo alcanzaran niveles históricos, probablemente para forzar el nombramiento de un gobierno italiano, y el miércoles anunció por boca del presidente del Consejo Europeo, Van Rompuy, que la Unión Europea debería tener capacidad de intervención en los presupuestos nacionales. Ante esta coyuntura, los países tiene dos opciones, acatar y obedecer o rebelarse y arriesgarse a acabar machacados por los mercados. Por eso, en elEconomista insistimos en que Rajoy acabará como un mandado, si quiere mantener a España dentro del euro. Que nadie piense que su llegada se va a traducir en una mejora inmediata de la economía o un descenso de la presión de los mercados. Primero tiene que demostrar que toma las medidas adecuadas. La pregunta que se hace cada vez más analistas es si se puede salir de esta sólo con ajustes y recorte de gastos o va a ser necesario algo más. Hace unas semanas, se pensaba que la ayuda del Fondo Monetario Internacional y del fondo de rescate europeo ampliado podría ser suficiente para calmar a los mercados. Hoy se ve que es insuficiente. La única solución es que el Banco Central Europeo (BCE) imprima más moneda. Si Merkel está tan dispuesta a cambiar el Tratado de la Unión para supervisar los presupuestos nacionales debería también estarlo para cambiar las normas que impiden al BCE imprimir dinero sin límite para solventar la crisis, como hizo la Reserva Federal. No es justo que se pida un sacrificio permanente a los países periféricos, sin lograr nada a cambio.