La intervención

Zapatero presumía hace unos días de que España iba a escapar de la intervención durante su mandato, pero en este momento, probablemente ya se haya arrepentido de lo dicho. Financiarse en el mercado va a ser un lujo asiático, que estará sólo al alcance de los alemanes y poco más. Los alemanes y franceses la fastidiaron el pasado 26 de octubre, porque al imponer que la deuda sea valorada por su precio de mercado, abrieron la puerta a los ataques especulativos de los mercados contra los países del euro más endeudados. La semana pasada fue Italia, esta España y la que viene será Bélgica. Esto no tiene pinta de pararse hasta que caiga la misma Francia, a la que sólo queda que le revisen la triple A. Nos hemos vuelto a meter en la boca del lobo y esta vez está en juego el eje franco-alemán. En estas circunstancias, Rajoy quizá no tenga oportunidad de aplicar el programa económico ese que lleva tan en secreto, porque se lo va a imponer directamente el Fondo Monetario Internacional o la Unión Europea. Así que, en el fondo, va a dar lo mismo a quién votemos el próximo domingo, porque sólo podrá hacer lo que nos manden si queremos seguir en del euro. Esta es la cruda realidad y no la que oyen en los mítines.

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