El tsunami egipcio
La revuelta egipcia es algo que no puede tomarse a broma. La prensa habla estos días del efecto contagio a países como Siria, Jordania o Marruecos. Pero el nudo gordiano es Egipto, que con 80,5 millones de habitantes, se había convertido en el vigía de la zona y en el guardián de la paz gracias a un régimen moderado capaz de mantener el ‘status quo’ con Israel. No quiero pensar en las consecuencias para Occidente, si Egipto callera en mano de los radicales musulmanes. El canal de Suez es una posición estratégica para el tráfico de mercancías en el planeta. La vuelta a la normalidad de Túnez mediante un gobierno moderado, que ha erradicado los miembros del Gobierno anterior, nos hace pensar que El Cairo seguirá sus pasos. Pero..¿y si no es así? Por lo demás, es una prueba más de que tanto Estados Unidos como Europa seguían manteniendo regímenes casi coloniales, que con la crisis y la decadencia de estas potencias, buscan su manera de mejorar las condiciones de vida alejados de la influencia directa de las superpotencias. Es una aspiración legítima, que no se puede negar a ningún pueblo. El precedente tráfico está en Irán, donde una revuelta provocada por pequeños comerciantes dio el nacimiento al actual régimen de los ayatolahs. Empecemos a rezar.