Estaba cantado

La salida de Corbacho del Ministerio de Trabajo estaba cantada desde hacía tiempos. Los agentes sociales decían de él que a duras penas entendía los asuntos tratados en las meses de negociaciones. En las ruedas de prensa, temblaba cuando tenía que citar un artículo de una ley para referirse a un cambio legislativo que iban a introducir. Claramente es un ministro que no estaba a la altura. Zapatero lo quema al enviarlo a Cataluña, donde la única salida que tiene es la de actuar como intermediario entre Mas y Montilla, en caso de que hubiera que negociar un gobierno de coalición. Ahora solo queda esperar a que el sustituto sea de un perfil más profesional y no nos toque otra Salgado.

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