Un déficit con truco

El plan de infraestructuras presentado este miércoles por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, es una obra de ingeniería financiera sofisticada. La inversión alcanzará los 17.000 millones de euros, pero no computará como déficit pese a la cifra tan abultada. La clave está en que no se empezará a abonar a los constructoras hasta 2014 y, además, se desarrolla en modo de concesión. De acuerdo con las normas europeas esto no genera déficit, porque se supone que se recupera la inversión por la vía del ingreso por el uso de las infraestructuras. Pero las constructoras no quieren ligar sus ingresos al uso de estas vías, para que no ocurra como las radiales de Madrid, que las cuentas no cuadran. Es decir, el riesgo lo asume el Estado y encima no hay déficit. ¡Vaya chollo! Si se contabilizarán de verdad todas las deudas, no habría manera de pagarlas

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