Mas camina hacia el precipicio
Artur Mas parece dispuesto a todo por ser presidente. La última baza es lograr que dos diputados de la CUP lo apoyen para no comprometer a esta formación. Lo cierto es que la huida hacia adelante del líder de CDC no se entiende si no es para tapar todo lo que defraudó su partido durante los últimos 30 años y el antiguo jefe del clan, Jordi Pujol. Pero cada vez surgen más voces discrepantes dentro de su formación. ¿Cómo casar la ideología marxista de ERC con la de Mas o la filoanárquica de la CUP? Eso es imposible de gobernar. La deuda catalana es bono basura y cualquier movimiento hacia la independencia agravará su situación. El nuevo país nacería sin crédito por parte de las agencias internacionales, lo cual es como comenzar quebrado y augura un desastre económico y social importante. Lo peor es que Mas está haciendo de puente para una parte de la burguesía catalana que con por la voluntad de apoyarlo va a acabar encumbrando a Oriol Junqueras, que es en realidad quien tiene proyección de futuro. Si los empresarios catalanes fueran listos harían lo que hicieron los vascos con Ibarretxe, enviarlo a su casa, antes de aceptar un pacto con HB. Es como apuntarse a la ruina y comprar todas las papeletas para asegurar que es así.