¿Será Portugal la nueva Grecia de la UE?
Una amalgama de partidos de izquierda liderados por los socialistas lograron tumbar ayer el Gobierno conservador de Passos Coelho, con sólo unos días en el poder. El nuevo ejecutivo promete cumplir con el déficit y elimnar a la vez los recortes. Es como el que quiere soplar y sorber al mismo tiempo o ser pichichi y portero. Si se gasta más, ¿cómo van a cumplir el déficit? La izquierda siempre aporta la misma salida: subamos los impuestos a los ricos. Como si estos fueran de goma y puedieran estirar sus dineros para sufragar cualquier cosa. Craso error. Portugal es un país devastado por la crisis, donde los ricos son un bien escaso, como en España. La familia Espirito Santo, dueña del principal banco del país, se arruinó intentando defender la entidad. Las empresas públicas no se privatizaron como aquí y siguen constreñidas por un mercado pequeño, del tamaño de Cataluña. Portugal Telecom, una de las joyas de la corona portuguesa, se debate entre la viabilidad y la suspensión de pagos porque los Espírito Santo le colocaron 900 millones en bonos de su imperio en ultramar, cuya valoración está próxima a cero. Toda la expansión de Portugal Telecom en Brasil, donde llegó a plantar cara a Telefónica, llega sólo para cubrir la mitad del bono basura. El conchabeo de la banca y la política menguó el esplendor de las riquezas, como ocurrió en España con los antiguos presidentes de las cajas de ahorro. Me pregunto, quién pagará los impuestos con los que la izquierda espera financiar el déficit. Portugal puede ser la nueva Grecia en un par de años. Lo peor es que me queda la inquietud de si Pedro Sánchez intentará un pacto a la portuguesa si Ciudadanos y el PP no logran mayoría absoluta.