Draghi, el guardián

Mario Draghi cumplió ayer de nuevo con lo esperado al anunciar que estaba dispuestos a ampliar los estímulos para la economía europea. ¡Qué diferencia con aquellos tiempos en que Jean Claude Trichet anunció una subida de tipos de interés al comienzo de la crisis porque los alemanes insistían con las presiones inflacionistas! Parece que ¡por fin! tenemos un banco central, capaz de tomar decisiones coherentes con el rumbo de la economía. Dicho esto y aunque las bolsas comiencen a celebrarlo con subidas, el mensaje en sí es poco halagüeño. La crisis china, cuyas dimensiones son desconocidas, puede reducir en cinco puntos la inflación hasta convertirla en negativa, presionará a la baja los precios al igual que los salarios e incrementará la sensación de precariedad en la que vivimos los europeos. El menor crecimiento del gigante chino frenará también el nuestro y, por ende, el proceso de recuperación en que está inmerso el Viejo Continente. A priori no hay que temer una nueva recesión, pero hay que estar muy atentos porque en cualquier momento se pueden desatar las tensiones si China continúa mostrando señales de debilidad. Por eso Draghi avisa de su disposición a suministrar nuevas medicinas al enfermo en cuanto de señales de debilidad. En fin, que vienen tiempos complicados.

Los comentarios están cerrados.