Tragedia griega, pero con final por ver
Las autoridades griegas y europeas protagonizaron ayer una jornada bochornosa, con cruce de acusaciones mutuas, que dejó un mal sabor de boca en los mercados tanto bursátiles como de deuda. La principal hipótesis sigue siendo, sin embargo, un acuerdo para evitar el impago a finales de mes. Las diferencias entre los negociadores se calculan en unos 2.000 millones de euros anuales, una cantidad nimia en comparación de lo que está en juego si Grecia abandona la moneda única. Parece que los negociadores se han fijado el 25 de junio como nueva fecha para intentar lograr un compromiso. La salida de Grecia del euro perjudicaría a la economía española, que pasaría a estar rápidamente bajo sospecha, aunque puede suponer un arma de doble filo, ya que es un mensaje a los electores sobre el riesgo de decantarse por partidos extremistas como Podemos.