Una derrota «incuestionable»

No sé si el presidente hablaba ayer en serio cuando calificó de «victoria incuestionable» el resultado electoral de este fin de semana en el que el PP perdió las dos grandes ciudades, Madrid y Barcelona, y por lo menos cuatro autonomías (Comunidad Valenciana, Cantabria, Extremadura y Castilla-La Mancha). Espero que de puertas para dentro haga una reflexión profunda porque tras perder 2,5 millones de votos, el resultado extrapolado al Congreso de los Diputados sería de sólo 120 diputados, muy alejado de los 176 de la mayoría absoluta. El sueño de gobernar con el apoyo de Ciudadanos también se truncó. El partido de Albert Rivera mejora, pero no lo suficiente para convertirse en alternativa de Gobierno con el PP. El giro a la izquierda de su líder, que llegó a declararse más próximo al PSOE que al PP, probablemente en busca de la fuga de votos de UPyD, es un error porque será difícil que pueda crecer entre el enjambre de partidos de izquierda. Los descontentos del PP no tienen otra alternativa que abstenerse, lo cual puede provocar que la próxima victoria de la izquierda sea más abultada si Rajoy no toma medidas ante su derrota «incuestionable».

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