Rajoy va por buen camino
Me sorprende la carcundia de casi toda la prensa de información general madrileña, que se indigna en sus portadas por permitir la celebración de la consulta o destaca las palabras desafiadoras de Mas. ¿Y qué pensaban que iba a hacer?, ¿decir que había perdido? Es lo que toca. Las mentiras tienen las patas cortas. Cuando se analiza el resultado, a falta del escrutinio del cien por cien, se puede comprobar que los independentistas han chocado contra el techo que ya alcanzaron en las pasadas elecciones autonómicas, alrededor de 1,8 millones. Una cifra que representa menos de una cuarta parte del censo de votantes ampliado, que ayer tuvo la posibilidad de manifestarse en las urnas. Se trata, por tanto, de una mayoría respetable, que debería mover al Gobierno de Rajoy a negociar algún tipo de contraprestación, pero sin respaldo suficiente para conquistar la independencia. Me consta que en los últimos meses Mas y Rajoy han mantenido las líneas de negociación abiertas a través de terceros, como publicó este fin de semana algún medio. Por eso quizá Rajoy accedió a la consulta y manifestó su disposición incluso a cambiar la Constitución. Si el presidente del Gobierno logra una solución negociada pasará a la historia como un hombre de Estado, como lo hizo Helmut Kohl, que volvió este fin de semana a la primera plana con motivo de la reunificación geremana. El inmovilismo no conduce a nada, bueno, al desastre. Si, además, toma cartas en el asunto para frenar la corrupción, de la que se alimenta Podemos, se habrá ganado el cielo que Pablo Iglesis quiere conquistar a cañonazos.