La batalla mexicana por Repsol
Los mexicanos de Pemex velan armas para intentar tomar el control de la petrolera española Repsol. Pero tienen varios problemas. Primero, que deben contar con el visto bueno del Gobierno, que hasta ahora no se lo ha dado. Entonces, ensayan una fórmula al estilo Florentino Pérez en Unión Fenosa. Formalmente, jamás tuvo el control de la eléctrica, pero en la práctica era el Rey del mambo y la vendió -a muy bien precio, por ciento- cuando quiso a Gas Natural. Ahora se trataría de buscar como aliado al mexicano Slim y a alguno de los socios actuales para llegar al 29 por ciento como máximo, a fin de evitar una opa. El segundo problema es que Pemex tiene una desastrosa gestión, es una empresa pública con cientos de miles de empleados públicos, y se ha quedado atrás en el mundo de petróleo. Por eso una joya como Repsol, con un potente negocio de exploración, le vendría de perlas. El objetivo sería trocearla, quedarse con lo que le interesa y revender el resto. Una carnicería, en fin. El Gobierno de Mariano Rajoy ha prometido en diversas ocasiones que no permitirá que se repita nuevamente el caso de Endesa. Ahora va a tener la oportunidad de demostralo. No podemos perder una gran empresa española para enmendar el entuerto de la petrolera mexicana.