Cataluña, un tema serio

La cadena humana que recorrió todo Cataluña es todo un éxito desde el punto de vista mediático. La iniciativa es muy ingeniosa y una demostración de que el movimiento independentista no es una broma y que tiene respaldo en la población. Hace bien el ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, en hablar de una nueva estructura financiera del Estado sin romper la unidad de este. Es evidente, que el Gobierno de Mariano Rajoy tendrá que sentarse, tarde o temprano, a tratar este tema con Artur Mas. La estructura autonómica aprobada en la transición se ha quedado obsoleta, el ‘café para todos’ de la era Aznar no es sostenible mucho tiempo. Mas, atrapado entre el independentismo de ERC y el catalanismo del PSC, es el gobernante indóneo para llegar a un acuerdo, ya que se juega la supervivencia de CIU, su partido, y de su propio cargo. Entre los economistas es un grito a voces que Cataluña es autosuficiente desde el punto de vista económico, como los son las repúblicas bálticas, aunque durante los primeros años su economía sufriría una fuerte contracción, al igual que la del resto del Estado. Sobre todo, si quedara fuera del euro. La ruptura no conviene a nadie.

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