¡Despierte, señor Rajoy!
Me preocupa Rajoy. No lo reconozco en sus hechos ni en sus dichos. Será ese famoso virus de La Moncloa que convierte a los presidentes en optimistas, porque ellos viven opíparamente rodeados de consejeros aúlicos y pelotas, mientras que el resto de los mortales sufre el peso de la crisis. Creo que una persona en su sano juicio no puede presentarse en el Congreso, como ha hecho esta mañana, y decir que la economía ya tira o que hay algunos datos que presentan mejoras espectaculares, cuando tenemos seis millones de parados, la economía vive su quinto año triunfal de crisis y no existe perspectiva de recuperación del consumo a corto o medio plazo. Puede que las exportaciones crezcan, que la competitividad mejore porque las empresas privadas están reuduciendo sueldos y echando plantilla o que la financiación se abarete, porque Bruselas nos da mayor plazo para corregir los déficit. Pero la realidad es que los bancos no prestan porque aún siguen contaminados, que miles de empresas siguen echando el cierre…No hay peor ciego que el que no quiere ver. Y la puntilla es subir de nuevo los impuestos, en lugar de reducir el tamaño de la administración ó bajar las cargas fiscales a las empresas para que vuelvan a contratar. Rajoy está anestesiado y sigue peligrosamente la senda de Zapatero cuando se negaba a reconocer la crisis. Qué decepción.