A costa del contribuyente
El contribuyente se ha convertido en el gran soportador de los planes de reflotamiento de los bancos y de las autopistas. Bruselas aprobó ayer el plan de reestructuración de la banca española, lo que debería permitir reactivar el crédito, en palabras del ministro de Economía, Luis de Guindos, durante La noche de la Economía celebrada por este diario. Ojalá. Pero repasemos la factura. Si se suman las ayudas otorgadas y por otorgar a nuestras entidades financieras, estas recibirán más de 100.000 millones para salir adelante. Naturalmente, gran parte de ese dinero saldrá del contribuyente. Pero aún hay más. La ministra de Fomento, Ana Pastor, anunció ayer un plan para socorrer a las autopistas en preconcurso, de manera que el Estado asumirá el 80 por ciento de la diferencia entre el tráfico y el coste de explotación. Una forma de evitar que pasen a propiedad del Estado, que debería asumir unas deudas de unos 4.000 millones, que inmediatamente computaría como déficit. Es decir, una triquiñuela legal para pasar la pelota, como se suele decir, y dejar de reconocer en estos momentos las deudas que, tarde o temprano, tendremos que asumir todos.