Banca y finanzas

Ibercaja vende a Javier Botín créditos fallidos por 540 millones

    Javier Botín, dueño de JB Capital Markets. <i>EE</i>.


    El broker JB Capital Markets, propiedad de Javier Botín, el hijo menor de Emilio Botín, cierra su primera gran adquisición de activos fallidos. En colaboración con el fondo londinense Yorvik, que ejerce el rol de financiador principal, se ha quedado una cartera de créditos morosos de Ibercaja Banco con un valor nominal de 540 millones de euros. La entidad presidida por Amado Franco recibe 18,83 millones en contraprestación y los ingresa íntegros como plusvalía, al encontrarse los créditos ya provisionados en el 100% de su importe.

    Intermediar inversiones

    La sociedad de valores de Javier Botín realiza la transacción a través de Savia Asset Management, indicaron fuentes al tanto de la operación aunque la propia firma eludió confirmarlo. Se trata de la filial especializada en deuda distressed -préstamos fallidos- que JB Capital Markets montó hace escasos meses para intermediar inversiones en este tipo de activos en favor de fondos u otros inversores especializados, como es Yorvik, o para colaborar directamente en la compra con inversiones o con la gestión del recobro de los créditos adquiridos.

    Irrumpe en un negocio que comienza a animarse, tras el paréntesis de 2009-2010 en el que no cuajaron apenas ventas de este tipo de carteras. Más de un centenar de fondos de inversión, firmas oportunistas y bancos foráneos sobrevuelan el mercado y son altas las expectativas puestas en las potenciales desinversiones por parte del banco malo o Sareb y de entidades que, como Ibercaja, se animen a aligerar el balance improductivo.

    Altas expectativas de ventas

    Ibercaja apenas recupera alrededor del 3,5% de los créditos traspasados, en línea con los precios de este tipo de operaciones. Los desembolsos son irrisorios porque se trata de fallidos y el retorno o rentabilidad para el comprador dependerá de lo que logre recobrar. Suele oscilar entre el 1-5% si es financiación al consumo y subir a un 30-50% en caso de inmuebles adjudicados.

    A pesar del casi simbólico ingreso, Ibercaja gana por una doble vía. Todo son plusvalías porque la regulación exige provisionar al 100% los créditos fallidos -la cartera transferida incluye financiación al consumo e hipotecas-. En segundo término deja de comprometer recursos económicos y personales al banco dedicados al recobro de esas operaciones fallidas.

    La desinversión tiene fácil encaje en el proceso de recapitalización extraordinario acometido por Ibercaja. Según Oliver Wyman, necesitaba reforzar el capital en 226 millones para encarar con la solvencia regulatoria exigida un escenario agravado de crisis.

    Plusvalías para recapitalizarse

    La entidad logró ingresar 433 millones para satisfacer el requerimiento tocando varias palancas: recompró varias emisiones de deuda subordinada, preferentes y titulizaciones, efectuó una operación de sale & lease-back -venta para permanecer de inquilino en alquiler- sobre medio centenar de inmuebles, alcanzó un acuerdo con Caser para vender sus seguros generales en exclusividad y cedió a CecaBank la depositaría de fondos de inversión y planes de pensiones.