Bernanke defenderá el papel de la Reserva Federal como supervisora de la pequeña banca
La Fed ha anticipado a los medios el contenido del discurso que Bernanke ofrecerá a las 18.00 GMT en el Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes, y que está centrado en la defensa del papel de supervisor de la Reserva Federal.
En su intervención, Bernanke explicará que la supervisión de la pequeña banca local y estatal da a la institución una información muy valiosa sobre la marcha de la economía regional del país, pieza fundamental para desarrollar su política monetaria.
"La información que nos aporta nuestro papel de supervisor de bancos de todos los tamaños, incluido los bancos de pequeñas comunidades, nos permite incrementar significativamente nuestra efectividad a la hora de definir la política monetaria y trabajar por la estabilidad financiera", apunta en el discurso.
Bernanke recuerda que en otras crisis anteriores, como el desplome de las bolsas de 1987 y el que siguió a los atentados de 2001, "el rol de supervisión de la Fed fue fundamental para contener las amenazas a la estabilidad financiera".
Las afirmaciones de Bernanke se producen dos días después de que el presente del Comité de Banca del Senado, Christopher Dodd, presentará en la cámara alta una amplia propuesta de reforma de la regulación bancaria que, de salir adelante, sería la más ambiciosa desde la década de los treinta.
En términos generales, la iniciativa legal contempla otorgar un mayor poder a la Reserva Federal, que ya ha ampliado sus funciones supervisoras desde la reciente crisis financiera, pero también le recorta su autoridad en lo que se refiere a la pequeña banca.
El punto más polémico es el que contempla transferir la supervisión de las entidades financieras con menos de 50.000 millones en activos a la Corporación Federal de Seguros de Depósitos, entidad encargada de proteger los ahorros de los clientes en caso de que se hunda un banco.
Esta disposición, según informan los medios financieros, no ha gustado a la Fed, aunque tampoco al Departamento del Tesoro y a los presidentes de los pequeños y medianos bancos regionales, que prefieren que se les deje elegir entre si quieren ser supervisados por la Reserva Federal o por la Corporación de Seguros de Depósitos.
La legislación paralela que aprobó la Cámara de Representantes el pasado mes de diciembre dejaba la vigilancia de las instituciones de menor tamaño en manos de la Reserva Federal y, sobre todo, en manos de sus doce bancos regionales, que en caso contrario perderían una parte importante de sus funciones.
De los 20.000 empleados que tiene la Reserva Federal, unos 18.000 trabajan para los bancos regionales del sistema, entre los que figuran 3.000 supervisores.