Aragón

"El sector alimentario aragonés necesita tener marcas potentes"

    Félix Longás, presidente de la Asociación de Industrias de Alimentación de Aragón


    Recientemente elegido presidente de la Asociación de Industrias Alimentarias de Aragón, Félix Longás, quien también es director de la empresa La Zaragozana, habla en una entrevista concedida a elEconomista.es de las líneas de trabajo que se van a seguir y de los retos del sector, que pasan por la creación de marcas y empresas más fuertes y por una mayor concienciación para consumir productos aragoneses.

    Recientemente ha sido elegido presidente de la Asociación de Industrias de Alimentación de Aragón (AIAA). ¿Qué objetivos se ha marcado?

    Vamos a empezar a trabajar para poner orden en todos los proyectos principales para la asociación. Ya somos conocedores de cuales deben ser los principales objetivos para estos años tanto interna como políticamente y a corto plazo. Tenemos que conseguir un mayor compromiso de la administración autonómica con la industria agroalimentaria. La verdad es que tenemos una buena relación con la administración autónoma y tienen muy buenas intenciones, pero hay pocas realidades porque hay una falta absoluta de fondos y ello impide que podamos avanzar más. Nosotros esperamos que la administración sea colaboradora y facilitadora de nuestras marcas y de nuestras empresas y que, si el sector alimentario es el segundo en Aragón por lo que aporta al PIB -el 8%-, que no se quede solo en saberlo sino en una apuesta decidida. Eso es lo que, a veces, no vemos.

    Después, tenemos un aspecto importante en relación a los Fondos de Desarrollo Rural en los que hay un recorte importante del 70%. Es un tema en el que tenemos que profundizar porque nos encontramos con que hay una proliferación de entidades, organismos e instituciones para repartir algo que es mucho menor y esto hace que los programas que se ponen en marcha en muchas ocasiones dupliquen o distorsionen las actividades a realizar y que terminen por retener la efectividad necesaria.

    Otra línea importante es también aumentar las acciones de promoción en Aragón, a nivel local, pero sobre todo tenemos que conseguir un mayor número de acciones a nivel nacional e internacional. Y otra línea de trabajo que se comenzó hace años y que es muy interesante es el Cluster de la Alimentación en el que hay empresas, centros tecnológicos, la Universidad de Zaragoza, Aragón Exterior, el CITA, el Parque Científico de Aula Dei?. Dentro del cluster se han creado grupos de trabajo que están consiguiendo resultados. Las líneas de trabajo se están centrando principalmente en el aumento de la vida útil de los productos, la organización de los subproductos, la alimentación funcional que ahora es algo que preocupa mucho a todo el mundo o en eficiencia energética.

    ¿Cuáles van a ser las principales estrategias a seguir?

    Creo que principalmente hay dos puntos estratégicos clave. En Aragón, tenemos una extensión que es cerca del doble de Cataluña, pero tenemos cinco veces menos población. Somos una región eminentemente agrícola y sería muy importante que la industria alimentaria continuara creciendo para que el valor añadido que puedan aportar las diferentes especialidades que plantamos y los diferentes animales que criamos se quedara en Aragón y no en las comunidades autónomas limítrofes como sucede muchas veces. Entonces, se aportaría más riqueza, pagaríamos más impuestos y crearíamos más empleo. Por eso es tan importante la industria alimentaria, porque estaría más cercana y proporcionada a nuestra realidad agrícola y ganadera.

    Para tener una industria agroalimentaria potente es necesario tener unas marcas potentes y unas marcas con las cuales nos identifiquemos los aragoneses, nos sintamos orgullosos de ellas, y que sean un tractor para salir fuera de la comunidad. Aragón la verdad es que no tiene muchas marcas reconocidas, casi ni por nosotros mismos, pero hacemos muy buenos productos y que forman parte de nuestra alimentación.

    Trabajar en esta dirección es fundamental. Por ejemplo, tenemos algunas industrias conserveras, pero no tenemos una gran industria conservera. Cuando la principal envasadora de tomate frito cierra la planta de Ejea de los Caballeros (Zaragoza), las plantaciones de tomate en las Cinco Villas prácticamente se hunden. Tampoco tenemos una industria láctea local fuerte. Tenemos industrias pequeñas que hacen yogures y cosas muy bonitas, pero la mayoría muy locales. Y es fundamental que tengamos marcas fuertes y en esto el Gobierno de Aragón tiene que ayudar y los consumidores también. Tenemos que estar concienciados. En estos momentos de crisis, es lógico que muchas familias que están necesitadas miren un producto que sea un céntimo más barato, pero a lo mejor es un céntimo que ahorramos hoy y por el que estamos dejando de ganar el euro de mañana porque, si un producto local y de calidad es un poco más caro pero genera empleo y paga impuestos en Aragón, estamos generando riqueza. Deberíamos tener una mayor concienciación. La construcción de marcas fuertes tiene que ser un eje de muy importante.

    ¿Y cómo se puede hacer marca?

    La tenemos que hacer entre todos. En la propia administración va habiendo sensibilidades y dentro de la propia asociación tenemos programas como el "Made in Aragón" y estamos haciendo campañas de promoción. Pero todo esto no es suficiente. Junto a esto hay otro tema y es que la empresa de alimentación en Aragón está muy atomizada. Y el problema es que desde el Gobierno de Aragón se apoya más esa atomización que la construcción de empresas fuertes que nos representen. En estos momentos, tenemos un proyecto de ley que se llama proposición de ley aragonesa de artesanía alimentaria vinculada a explotaciones agrícolas y ganaderas. Para fijar la población en Aragón, que está tan diseminada, es importante y contar con la artesanía está bien y yo consumo este tipo de productos, pero los consumidores no los ven en el lineal del supermercado. No tenemos que despreciar lo pequeño pero, si tenemos que mirar estratégicamente más lejos, para competir en los mercados hay que ir más allá.

    ¿Es necesario que se acometa en el sector un proceso de fusiones entre las empresas para ganar tamaño y ser más fuertes?

    La empresa local nuestra es familiar y la fusión es una fórmula, pero no sólo hay que pasar por ello. Tenemos que potenciar la colaboración entre nosotros en logística, innovación... y buscar y utilizar los recursos de forma conjunta. Conforme nos vayamos acostumbrando a ver esas colaboraciones, en las que otras comunidades autónomas nos llevan la delantera, se irán dando pasos mayores y más importantes. Nadie podemos ni debemos decir lo que cada empresa tiene que hacer. A mí no me gustaría que me lo dijeran en la mía, pero sí es un proceso de cara a la evolución que está teniendo la propia sociedad.

    ¿A qué medidas o líneas de acción considera que tienen que destinarse los Fondos de Desarrollo Rural?

    Se deben utilizar para ganar competitividad. Parece que todo se centra en la innovación y la calidad, que está muy bien porque hay que estar a la última y garantizar la calidad al 100% en el sector alimentario, pero no es suficiente. Después tienes que contar con la apuesta del día a día del consumidor porque sino no estás. Si te conformas con vender a los turistas, eso es una cosa, pero si realmente quieres una industria de volumen y capaz de asumir todos los recursos que generas, tienes que pasar por políticas de marketing para las que no hay líneas. Sí hay líneas de apoyo de cara a la internacionalización. Ahí está Aragón Exterior que hace una labor importante. Pero no es sencillo. Hay que trabajar mucho desde Departamentos de Marketing, pero muchas pequeñas empresas no tienen o contratan agencias que dan este servicio a las empresas.

    ¿Cómo puede afectar la reducción de los Fondos de Desarrollo Rural?

    Hay muchas entidades que pretenden acceder a estos fondos. La industria alimentaria no vive de las subvenciones, pero sí pueden ser una ayuda y para algunas empresas pueden ser una ayuda fundamental para conseguir una mayor competitividad.

    Los últimos datos del sector muestran que el 98% de las empresas alimentarias no invierte en innovación. ¿Por qué no se invierte?

    La innovación queda muy bien y de la innovación hablamos todos. O nos reciclamos, o tenemos mal futuro. En el caso de la empresa que dirijo ser pioneros a nivel nacional e, incluso mundial, nos ha permitido acceder a más mercados. Innovar no es sólo lanzar y el desarrollo de productos nuevos -ahí el cluster está haciendo una tarea fantástica-, sino que también es hacer más con los mismos medios, ser capaz de ser más productivo, o bien hacer lo mismo con menos medios. No es sólo desarrollar un producto, sino también nuevos sistemas que mejoran la productividad.

    En cuanto al desarrollo de productos, ¿se innova en Aragón?

    Sí. Aquí tenemos empresas y productos que son autóctonos y que poco a poco se van conociendo. Ahí las denominaciones de origen han hecho una buena tarea y el trabajo en calidad también: desde la borraja a la trenza de Almudévar, el pastel ruso... Las innovaciones también son en el envase, que es en lo que está trabajando el cluster. Por ejemplo, conseguir una mayor durabilidad de los productos como los elaborados cárnicos o de la carne en bandeja o bien que la fruta sin perder un ápice de calidad tenga más duración, te permite acceder a mercados que, de otra manera, no accedes. Y en esto se está trabajando mucho. En Aragón tenemos centros punteros en estas investigaciones y la Universidad de Zaragoza también está implicada.

    ¿Qué pasos considera que hay que dar para que los productos aragoneses tengan más hueco en el mercado nacional?

    Lo aragonés no vende casi ni dentro de nuestra propia comunidad. Entonces, primero tenemos que creer en nosotros mismos. Lo aragonés no genera rechazo en otras autonomías como sucede con otras comunidades autónomas que por algún motivo sí tiene algún rechazo, pero tampoco nos asocian con productos de calidad, que es una línea que se ha trabajado en otra comunidad autónoma. Ahí deberíamos imitar a la gente que trabaja bien y mejor y seguirlos. Lo principal no es tener 100.000 marcas porque entonces el consumidor no las tiene en la cabeza, sino unas pocas y muy representativas. La gente cuando habla de una denominación de origen habla de esa denominación de origen y después de alguna marca, pero se queda con la denominación de origen y lo asocia con la calidad. Y esto es lo que hay que conseguir con los productos en general.

    Aparte de estas líneas de trabajo, ¿qué otras acciones va a llevar a cabo?

    Quiero que no sea una tarea personalista, sino recoger todas las sensibilidades que tenemos en todos los sectores alimentarios. Otras líneas que, en mi opinión, serían muy interesantes es aumentar la presencia de los productos alimentarios en el canal Horeca, en las tiendas gourmet, de prestigio... y trabajar mucho más toda la comunicación digital con las marcas. También potenciar la colaboración entre las empresas y sensibilizar a todas ellas de la necesidad de trabajar para defender los intereses del sector de manera conjunta.

    ¿Con el Cluster Aragonés de Alimentación van a establecer más relaciones?

    Hay cuatro grupos de trabajo y ha habido también entre las empresas que participamos alguna colaboración puntual al verse una posibilidad de hacer un producto bueno, por ejemplo, pan hecho con ingredientes obtenidos en el proceso de fabricación de la cerveza o pastas alimenticias como macarrones, pero tenemos que conseguir un grupo de trabajo más y que participen más empresas.