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Temores fundados: la caída de la productividad amenaza con derrumbar el modelo norteamericano

Ainhoa Giménez, Bolságora
3/11/2006 - 0:15
Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal, preocupado ante la evolución de los costes laborales. Foto: Win McNamee/Getty Images/AFP

¿Cómo podían las empresas norteamericanas lograr crecimientos del beneficio de dos dígitos y márgenes al alza en un entorno de materias primas disparadas, subidas de tipos (más costes financieros) y enfriamiento del consumo? La respuesta a este misterio estaba en la productividad.

Es decir, los días de vino y rosas que viven las empresas norteamericanas se asientan sobre las espaldas de los trabajadores, cuya moderación salarial ha permitido el saneamiento de los balances tras la burbuja y la contención de la inflación a pesar del petróleo. Es decir, la productividad explica el milagro del crecimiento sin inflación que caracteriza el ciclo actual.

Pues bien, este modelo dorado parece estar tocando a su fin. Ayer el dato de productividad trimestral fue demoledor: crecimiento cero en el tercer trimestre (lo que deja el saldo de 12 meses en el 1,3%, el menor crecimiento desde 1997) y, en consecuencia, subidón de los costes laborales hasta el 3,8% trimestral y el 5,3% interanual, el ritmo más rápido en 16 años. Si la productividad falla y los costes laborales se disparan, todo el entramado se viene abajo.

La caída de la productividad es típica de la ralentización económica, puesto que las empresas tienen demasiados empleados para la cantidad de trabajo que hace falta en un entorno de menor demanda. Para reducir los costes laborales, deben despedir gente, lo cual incrementa el paro del país y reduce aún más la demanda de consumo… un círculo vicioso que suele acabar en recesión.

Lo peor de todo es que la Reserva Federal mira con lupa la evolución de los costes laborales, puesto que son la principal causa directa de la inflación. Estos costes se habían mantenido muy moderados hasta ahora, con un crecimiento del 0,7% en 2004 y del 2% en 2005. Es decir, que la subida conocida ayer puede hacer que Bernanke decida volver a subir los tipos a pesar de la ralentización económica, según un analista de Moody's.

Por último, los datos de productividad y costes laborales ponen seriamente en duda la capacidad de las empresas para mantener el crecimiento a doble dígito de los beneficios. Y estas dudas, sumadas al empeoramiento general de los datos de actividad en EEUU, pueden ofrecer la excusa perfecta para una corrección de la renta variable. Quién sabe si incluso para la gran corrección que el mercado tiene pendiente desde hace años.