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El mercado inmobiliario puede acelerar las bajadas de tipos... o provocar una recesión

Ainhoa Giménez, Bolságora
30/10/2006 - 0:46
Dos estadounidenses cuelgan el cartel de 'Se vende' en su casa. Foto: Bloomberg

A estas alturas ya se han escrito ríos de tinta sobre el perturbador dato de PIB del tercer trimestre conocido el viernes en EEUU: creció un pírrico 1,6% cuando se esperaba un 2,2%. Así que no vamos a insistir más en ello. Pero sí en las posibles consecuencias de la cifra, que son principalmente dos.

Un adelantamiento del inicio de las bajadas de tipos y/o una recesión en la primera economía mundial. Repetimos que son consecuencias únicamente posibles.

Si en la reunión del miércoles pasado Bernanke tenía serias dudas sobre cuál sería su próximo movimiento -e incluso estaban aumentando las apuestas de una vuelta a las subidas de tipos-, el dato del viernes seguramente ha contribuido a despejarlas. El mercado tiene mucho más claro que el próximo movimiento será a la baja: "El dato de PIB da el golpe de gracia a las subidas de tipos", según la firma CMC Markets.

Y los inversores empiezan a plantearse si dicha bajada no llegará mucho antes de lo que nadie pensaba. Los futuros anticipan actualmente una probabilidad del 75% para una bajada de tipos en mayo, frente al 5% de principios de la semana pasada.

¿Bernanke bajará los tipos?

Como recordarán, la Fed era muy reacia hasta ahora a bajar los tipos, porque su política antiinflacionista es más estricta y los tipos están más bajos que en anteriores ciclos. Pero tampoco quería correr el riesgo de repetir el error del año 2000, es decir, empezar a bajar los tipos demasiado tarde para evitar una recesión. Ahora, el riesgo se ha desplazado claramente desde los precios al crecimiento económico, a la vista de su debilidad en el tercer trimestre.

La previsión del consenso de los analistas es que la economía va a repuntar en el trimestre actual. Y hay bastantes indicios para pensar así: el gasto de consumo y la confianza del consumidor siguen altos gracias a la caída de la gasolina, y el bajo nivel de inventarios permitirá a las empresas industriales elevar su producción, según Justin Lahart, del Wall Street Journal. Pero el dato del viernes cuestiona también estas previsiones, por culpa del gran agujero negro de la economía norteamericana: el mercado inmobiliario.

Según los datos del PIB, la inversión residencial cayó por cuarto trimestre consecutivo, a una tasa interanual del 17,4%, la peor desde 1991 y con el mayor impacto negativo en el crecimiento desde 1981. 1981 y 1991 fueron años de recesión económica, curiosamente. Esto se completa con la caída de los precios de la vivienda nueva (la mayor en 36 años) y de la usada conocida la semana pasada.

¿El mercado inmobiliario puede tener el mismo papel que el bursátil en el año 2000?
Es decir, si va a eliminar del crecimiento un componente de inversión y de creación de riqueza, y si va alimentar las presiones recesionistas con una restricción del consumo -fin del efecto riqueza del boom inmobiliario- y con un aumento del desempleo en el sector constructor. Cada vez más gente está convencida de que es así: "La construcción de vivienda va a caer y a seguir cayendo", afirma Ian Shepherdson, de High Frequency Economics. Lahart apostilla que, si tiene razón, el PIB puede ser todavía más débil en el cuarto trimestre.