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Los fondos de gestión activa lo hacen peor que los índices... ¿Para qué pagar más comisiones?

Ainhoa Giménez, Bolságora
17/10/2006 - 0:06

La teoría en que se basa la gestión activa es que es posible añadir valor mediante los cambios en las carteras (básicamente, aumentar o reducir el grado de exposición al mercado y seleccionar valores) y así ganar más que los índices bursátiles.

Lo cual justifica que estos fondos cobren unas comisiones mayores que los fondos indexados, debido al coste del análisis y la operativa que implican estos productos.

Pero las estadísticas desmienten esta creencia. Según un estudio de S&P, los fondos norteamericanos de gestión activa lo han hecho peor que sus índices de referencia en el tercer trimestre, que dejó ganancias impresionantes para las cotizaciones. Sólo uno de cada cinco fondos de grandes valores en EEUU superó al S&P 500, y menos de la mitad de los fondos de valores pequeños superaron al S&P Small Cap 600. Lo mismo ocurrió con los fondos internacionales. La única excepción fueron los fondos de mediana capitalización, un 69% de los cuales batieron a su benchmark.

Dudosa rentabilidad

Si tomamos períodos de tiempo más largos, la situación es aún más evidente. A uno, tres y cinco años, los fondos activos siempre lo han hecho mayoritariamente peor que los índices de referencia, y aquí no hay excepciones. Más bien al contrario, la cosa cae a niveles abismales cuando hablamos de los fondos value: nueve de cada 10 lo han hecho peor que su benchmark en los últimos cinco años.

Por tanto, se trata de una tendencia estructural, que hace inevitable una pregunta: ¿Por qué pagar más comisiones por un tipo de gestión que lo hace peor que los índices a corto y medio plazo? Parece mucho más lógico entrar en fondos indexados. O mejor aún, en los ETFs que han llegado recientemente a España, cuyas comisiones son las menores del mercado y que replican a los índices casi a la perfección.

Apuestas por la gestión activa

Hay dos razones por las cuales merece la pena apostar por la gestión activa. La primera es que, aunque siete, ocho o nueve de cada 10 fondos lo haga peor que el índice, hay uno, dos o tres de cada 10 que lo hacen mejor. Es decir, el problema está en elegir los buenos y evitar los malos; en la selección de fondos. Lamentablemente, no hay una llave maestra para distinguir unos de otros, ni siquiera las rentabilidades pasadas (de hecho, otros estudios prueban que los que lo hacen muy bien un año no suelen ser los mejores al siguiente).

La segunda razón es que la bolsa también baja. Los índices baten a la gestión activa... sólo cuando la bolsa sube, como en los últimos tres años. Pero cuando baja, la gestión activa suele dar muchos mejores resultados. En especial los fondos value, la cenicienta del mercado alcista. Lo mismo pasa con la gestión alternativa y los hedge funds: nunca van a batir a los índices en tendencia alcista, pero son capaces de ganar dinero en tendencias bajistas.

Así pues, hay que estar en ETFs cuando la tendencia es alcista -porque es muy difícil que los gestores activos los batan- y hay que estar en fondos activos y alternativos cuando estamos en fases correctivas o en tendencias bajistas. ¿Y cómo saber cuándo va a cambiar la tendencia? Tampoco hay una llave maestra, pero Bolságora lleva cinco años prediciendo estos movimientos con bastante exactitud.