Este mercado sigue siendo tan desconcertante y difícil para operar como hace un mes, sólo que con mucha más volatilidad. Además, el comportamiento de Wall Street ha dejado de ser un referente claro para Europa. El ejemplo evidente lo tuvimos ayer: tras la caída histórica del lunes en EEUU y el derrumbe posterior de Asia, Europa empezó con pérdidas moderadas y acabó subiendo.
Por la misma regla de tres, la fortísima remontada de anoche en Nueva York, donde los índices recuperaron la mitad de lo perdido la víspera, no garantiza un rally hoy en Europa. El Dow Jones subió el 4,68%, el S&P 500 remontó el 5,27% y el Nasdaq rebotó el 4,97%. Deberíamos subir hoy aquí, sí, pero no apuesten demasiado por ello. Si tenemos nuevas noticias de bancos con problemas, las alzas pueden evaporarse igual que ocurrió ayer con las caídas.
En todo caso, todo va a seguir girando alrededor de la suerte del plan de rescate del sector financiero en EEUU. Si el lunes el rechazo del Congreso forzaba el desplome, ayer resurgieron las esperanzas de aprobación -con algunas modificaciones- porque los miembros del Congreso no quieren provocar el hundimiento de Wall Street, que es la alternativa a su apoyo, como se encargó de subrayar ayer el propio Bush.
El sector financiero volvió a ser el protagonista absoluto, aunque esta vez en el lado alcista: Citigroup se anotó el 15,6%, JP Morgan el 13,9%, Bank of America el 15,7%. En cuanto a las entidades con problemas, Sovereign (participado por Santander (SAN.MC)) se disparó el 69,5%, prácticamente lo mismo que había caído la víspera, y el rescatado Washington Mutual se disparó el 141,2%.
En el campo económico, el índice Case-Shiller de precio de la vivienda aceleró su caída en julio hasta un ritmo del 16,3% en el último año. Por el contrario, el PMI de Chicago mostró recuperación, al igual que la confianza del consumidor, que subió por tercer mes consecutivo. Para hoy tendremos el ISM, el gasto en construcción y el índice de empleo en el sector privado que precede al paro oficial del viernes.