El IFO alemán, que mide el clima empresarial del país, resiste y se sitúa en el mes de septiembre en el 104,9, frente a una previsión del mercado de 104,4. El mes pasado, este dato se situó en 105. Las condiciones económicas mejoraron de 108,7 en agosto a 113,3 en septiembre. No obstante, las expectativas cayeron de 101,4 a 98,8. Este contraste entre la situación actual y las anticipaciones refleja el impacto de la caída del petróleo que impulsa la confianza a muy corto plazo. La misma historia se repite en toda Europa y en Estados Unidos.