Los rendimientos de la deuda de la zona euro no detienen su caída

¿Pueden ser más lúcidos los bonos que las acciones?

Cuando tocaron techo los rendimientos de la zona euro en julio, y luego bajaron por debajo de 3,9%, señalamos en estas columnas que a pesar del optimismo de la renta variable estaba clara la ruptura de un soporte que anunciaba una continuidad de la caída. Desde entonces, la deuda ha ignorado la subida de las acciones.

La caída de los rendimientos ha seguido orientada hacia una situación económica menos inflacionista pero también menos favorable al crecimiento mundial que podría incorporar una recesión en Estados Unidos. El caso es que todos los indicadores económicos publicados desde agosto parecen darle la razón a los bonos.

La semana pasada empeoraron las expectativas de crecimiento tras el desplome inesperado del índice de actividad manufacturera de la Reserva federal de Filadelfia. Es un indicador que en ocasiones anteriores ha anticipado correctamente los cambios de actividad. Y por primera vez en 3 años, este índice se ha situado en territorio negativo, en un nivel que anuncia una contracción de la producción industrial.

A la vista de la inversión de la curva de los rendimientos americanos y de la baja del tipo a 10 años a un mínimo a 6 meses, no nos debe extrañar la caída de los rendimientos de la zona euro: el tipo a 10 años marcó la semana pasada mínimos decrecientes hasta el 3,69%.

Aún más llamativo resulta el hecho de que dibujó una caída en 5 ondas que parecen orientarse hacia la continuidad bajista. Crece la probabilidad de que los rendimientos alcancen en las próximas semanas la zona de los 3.4%-3,5%, objetivos mínimos de la vuelta en cabeza y hombros que marcó el techo de julio.