No todo son alegrías en casa del rico. Apple, que la semana pasada creó otra de esas euforias de las que sólo Steve Jobs es capaz con el lanzamiento del iPhone 3G, decepcionó ayer al mercado con sus previsiones para los próximos trimestres. Hasta tal punto que el valor se desplomó más del 5% en el after hours.
Apple (AAPL.NQ) pone de nuevo presión sobre un Nasdaq bastante baqueteado ya por los insatisfactorios resultados publicados la semana pasada por Google, Microsoft, AMD y eBay, entre otros.
Ahora bien, hay que tener en cuenta que los resultados de su tercer trimestre fiscal (el que acaba en junio) fueron espectaculares y que Apple es sobradamente conocida por dar unas previsiones ultraconservadoras, que luego consigue batir fácilmente. Y ahora podría estar haciendo lo mismo. Es decir, la decepción de anoche puede ser más psicológica que real. Algo que se explicaría por el sentimiento negativo que rodea al Nasdaq; es como los datos económicos: como saben bien los seguidores de Bolságora, cuando el mercado está pesimista no hace caso a los buenos datos y sobrerreacciona a los malos (y viceversa cuando está eufórico).
Las cuentas del tercer trimestre fueron realmente magníficas, mejores de lo esperado. El beneficio creció el 31% hasta 1.070 millones de dólares, 1,19 dólares por acción, con unos ingresos que aumentaron el 38% hasta 7.460 millones. Estas cifras son mucho mejores de las que había pronosticado el consenso de analistas, de 1,07 dólares de beneficio y 7.360 millones de ventas.
En el trimestre se vendieron 11 millones de iPods, el 12% más que en el mismo trimestre de 2007. Y lo más llamativo: las ventas de ordenadores Mac se dispararon un 41% hasta 2,5 millones de unidades. Apple se ha convertido ya en la tercera empresa de PCs en EEUU por cuota de mercado, con un 8,5% (hace un año tenía el 6,4%). Sólo le superan Dell y HP. No todo fue euforia: el margen bruto cayó al 34,8% frente al 36,9% del año pasado, aunque, aun así, fue mejor de lo esperado.
En cuanto a las previsiones de la compañía para el trimestre actual (el cuarto de su ejercicio), Apple espera un beneficio de 1 dólar por acción con unos ingresos de 7.800 millones. Y eso sí que está muy por debajo de las estimaciones del consenso: 1,24 dólares de beneficios y 8.320 millones de ventas.
Si Apple es famosa por dar unas estimaciones ultraconservadoras y el mercado no le castiga nunca por ello, ¿por qué sí lo hizo anoche? Una explicación que ofrecían varios analistas en Wall Street era que esta vez la decepción es mayor porque el lanzamiento del nuevo iPhone había generado grandes esperanzas para el trimestre actual, ya que se esperaba un auténtico bombazo de ventas del nuevo teléfono. En consecuencia, el conservadurismo de Apple significa que no va a haber dicho bombazo en los meses de verano y ni siquiera en la vuelta al cole, según esta teoría.
Sin embargo, esa interpretación no es del todo correcta. Como bien explicaba anoche el 'Wall Street Journal', el impacto inicial de las ventas del iPhone no será muy notable por la decisión de Apple de diferir estos ingresos: en vez de contabilizar los 525 dólares (o lo que cueste el iPhone en cada país) del precio de una vez, la empresa reparte esa cantidad en los dos años de vida del contrato que hay que firmar con la operadora de móvil. Algo que la empresa ya anunció en el lanzamiento del iPhone pero que muy poca gente tuvo en cuenta entonces.
En todo caso, sí es verdad que Apple no ha sido el revulsivo que fue en trimestres anteriores para contrarrestar las malas noticias de otras grandes de la tecnología. Y es posible que eso exacerbara anoche el castigo para el valor en el 'after hours'. En los próximos meses comprobaremos si estamos efectivamente ante un exceso de prudencia o si la crisis económica va a afectar incluso a la intocable Apple, como ya está afectando a Google. Los datos de ventas del iPhone (aunque los ingresos no se contabilicen por completo) darán pistas en este sentido.