El oro y el petróleo tienen rasgos comunes. Ambos tocaron mínimos en 1999 e iniciaron desde entonces un movimiento de recuperación de largo plazo; ambos se benefician asimismo de fundamentales favorables.
También fueron ambos un terreno de predilección para los hedge funds que utilizaron la tendencia para apalancar sus inversiones gracias a un recurso masivo a los productos derivados. En mayo y julio, respectivamente, alcanzaron un máximo y luego los precios cayeron en torno a un 15%.
Este paralelismo no debe sorprender: la subida del petróleo ha empujado a los inversores a comprar oro para cubrirse contra la inflación y contra el riesgo de un dólar débil. Más adelante, las anticipaciones negativas sobre el crecimiento americano han hecho caer el petróleo. También deshincharon el oro porque el mercado está menos convencido de una subida adicional de la inflación. Ciertos analistas anticipan una fuerte caída del oro como consecuencia de estos mismos mecanismos: si EEUU entra en recesión, el petróleo bajará y arrastrará al oro. La caída será tanto más fuerte cuanto que los inversores más agresivos cerrarán posiciones con apalancamiento abiertas en 2003.
Coincidimos con esta idea para el petróleo pero el caso del oro es desgraciadamente más complicado. El oro no sólo es un barómetro que mide las anticipaciones sobre el crecimiento global sino también un termómetro de la confianza del mercado. Una recesión en Estados Unidos se puede iniciar de manera ordenada pero puede también provocar una fuerte depreciación del dólar. En el primer caso, el oro bajaría pero en el segundo es probable que subiera tras un alza de la prima de riesgo sobre el billete verde. Si la economía americana se salva de la recesión, el precio del petróleo no bajará más y continuará el temor a la inflación. Es un escenario favorable al oro, salvo si la inflación vuelve tranquilamente a la zona de confort de los bancos centrales. En este caso, el oro bajará en sintonía con la caída de las primas de riesgos.
Este rompecabezas lleva a seguir de cerca el análisis técnico para tomar el pulso del mercado. En el caso del petróleo (referencia WTI al contado), el comportamiento de los precios simplifica el análisis: el precio ha roto ya un primer soporte y se acerca a la zona crucial de los 67 dólares. Romperla haría más probable una caída adicional hasta la zona de los 57-60 dólares. El oro al contado cotiza alrededor de los 625 dólares el viernes.
Por el lado alcista deben tenerse presentes las referencias de los 632 y 650 dólares. Por encima se reabriría la posibilidad de una vuelta hacia los 700. Por el lado bajista se considera negativa la pérdida de los 600 pues, de caer, sería factible otra baja hacia los 510 dólares, donde se sitúa el primer soporte horizontal importante a largo plazo.