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Renovarse o morir: Microsoft quiere reaccionar antes de que sea demasiado tarde

Bolságora
28/07/2006 - 1:05

Después de incontables trimestres de beneficios decepcionantes y con el valor en niveles de 2003, ha llegado la hora de que Microsoft haga algo para cambiar el rumbo.

Y ese algo no es ni más ni menos que reconocer que su modelo de negocio está agotado y que hay que adoptar otro nuevo. Otro con varios negocios básicos, según anunció ayer la mano derecha de Bill Gates, Steve Ballmer. Y entre ellos sobresale la distribución de software por Internet, incluso gratuita.

Ballmer admitió la rendición de Microsoft en el mismísimo concepto de su negocio: el software no es un producto, sino un servicio. Este servicio se puede distribuir a través de Internet, mediante suscripciones de pago o, atención, de forma gratuita y financiado con publicidad. Todo un reconocimiento de que el modelo Google, basado en los contenidos y servicios gratuitos financiados mediante una publicidad cada vez más sofisticada, es el que funciona. Algo que, por otra parte, era evidente a la luz de los resultados y del comportamiento bursátil de ambas compañías.

Ballmer quiso quitar hierro a esta rendición recordando que, en el pasado, Microsoft ha asumido con éxito desafíos similares. Por ejemplo, fue capaz de convertirse en el proveedor líder de software para servidores y empresas cuando no era más que un fabricante de programas para ordenadores domésticos. “No hay duda sobre ello. La innovación nos ha permitido tener esos dos grandes músculos. Ahora intentamos crecer en dos nuevos negocios: uno en Internet y otro en entretenimiento”, declaró Ballmer.

Si esta apuesta tiene éxito, el consejero delegado opina que alcanzará un gran éxito en términos de innovación y de rentabilidad empresarial. Tal como están las cosas, más bien habría que decir que, si la apuesta tiene éxito, Microsoft sobrevivirá en el nuevo entorno hostil al que no termina de adaptarse el rey de los 90.

Como se juegan tanto en el envite, Ballmer aseguró que se trata de una apuesta a largo plazo y que no se van a rendir por mucha resistencia inicial que encuentren, y prometió trabajo y más trabajo. Como saben los buenos aficionados al fútbol, cuando un entrenador lo único que promete es trabajo, hay que echarse a temblar. Los inversores también lo entendieron así ayer: Microsoft bajó otro 2,1%.