Los dos miembros del Dow Jones presentaron ayer unas pérdidas aterradoras: de 3.200 millones para la automovilista y del 160 millones para el fabricante de aviones. Sin embargo, la primera se disparó el 4,4% en bolsa pese a que su pérdida es mucho mayor, mientras que la segunda se hundió el 4,6%. La razón es que el descalabro de GM obedece a los enormes costes de reestructuración que le permitirán volver a beneficios en el futuro, ya que sus ingresos sí marchan bien: crecieron el 12% hasta 5.400 millones, por encima de lo esperado. En cambio, Boeing añadió a sus pérdidas una rebaja de previsiones para 2006. Aunque elevó las de 2007, el mercado se sintió muy decepcionado por su incapacidad para aprovechar la gravísima crisis de su competidor europeo, Airbus.